sábado, 30 de abril de 2011

M108 - Galaxia en Ursa Major (2)

El 26 de diciembre de 2010, observando desde un lugar oscuro con mi SC de 235mm tuve la suerte de disfrutar de M108, una peculiar galaxia situada en la constelación de Ursa Major.

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2010/12/m108-galaxia-en-ursa-major.html

Con anterioridad había intentado observarla varias veces con mi SC de 127mm desde mi lugar de observación habitual (con cierta contaminación lumínica), y todas las veces, sin éxito. Por lo que a pesar de haberla visto perfectamente con mi telescopio “mayor”, me había quedado una pequeña espinita clavada con el “pequeño”. Así que la noche del 1 de abril de 2011, desde los mismos cielos oscuros en los que cacé por primera vez a M108, decidí probar suerte y apuntar el SC de 127mm hacia ella.

Con prácticamente los mismos aumentos que había utilizado con el 235mm, más que nada para comparar resultados, dibujé lo que veía a través del 127mm:


Objetos que nos son esquivos durante muchas noches por culpa de diferentes causas, son fácilmente perceptibles en noches en las que se dan las condiciones idóneas para su observación. Con la experiencia seremos capaces de tener paciencia y ser tenaces. La recompensa estará asegurada.

Esta vez Ursa Major se encontraba bien alta en el cielo, otro aspecto a favor a tener en cuenta a la hora de planificar la observación de M108, y junto a que ya tenía la vista adaptada a la oscuridad, fue poner el ojo en el ocular y verla a la primera.

Puedo ver una galaxia alargada, no tan ancha como la veía con el 235mm, pero clara. De la misma manera que también puedo apreciar la estrellita que se encuentra superpuesta en el centro de M108. No veo un núcleo especialmente brillante, y el brillo de la galaxia es bastante homogéneo.

Acabo plenamente satisfecho. Al día siguiente me dedico a comparar mis dibujos, y me dejo anotado que tengo que volver a observar M108 con mi SC de 235mm desde un lugar oscuro, pero en primavera, cuando Ursa Major se encuentra bien alta en el cielo. Espero tener pronto la ocasión... si no, ya se sabe: paciencia.

Vuelvo a dejar el dibujo de M108 hecho con el SC de 235mm para que se pueda comparar con el del SC de 127mm:

domingo, 24 de abril de 2011

7 LMi (HJ 1166) - Triple "misteriosa" en Leo Minor

A la hora de planificar una sesión de observación disponemos de muchos recursos: Empezando por una infinidad de páginas de internet, pasando por revistas especializadas, unos buenos libros, recomendaciones de compañeros de afición... Gracias a todo ello podemos elaborar listados de objetos que observar con nuestros prismáticos o telescopios.

Podemos reunir todo tipo de datos, descripciones de los objetos, fotografías, dibujos, comparativas..., pero no debemos olvidar que lo más importante de todo es nuestra propia experiencia, es decir, lo que somos capaces de observar, anotar, dibujar, fotografiar o medir por nosotros mismos.

El pasado 28 de marzo de 2011 estuve observando unas cuantas estrellas dobles de la constelación de Leo Minor que me había planificado con la ayuda del libro “Double Stars for Small Telescopes” de Sissy Haas. Una de ellas era 7 LMi. Según sus datos se trataba de una estrella doble formada por una principal de magnitud 6,0 acompañada por una secundaria situada a 63,2” brillando con una magnitud de 9,7 en un ángulo de posición de 128º. Amarilla la principal, plateada la secundaria.

Normalmente, cuando Sissy Haas tan sólo proporciona el nombre de la estrella, en este caso 7LMi, suelo ir a la web del Washington Double Star Catalog (WDS) y consulto su catálogo (a partir de las coordenadas de la estrella) para ver el nombre que tiene asignado como doble. Esta vez me encontré con esto:

09307+3339 HJ1166 AB AP: 128º; Sep: 63.2”; Mag. 5.97 / 9.66
09307+3339 HJ1166 AC AP: 216º; Sep: 96.2”; Mag. 5.97 / 9.8

Por lo que veo que 7 LMi pertenece al catálogo realizado por John Frederick William Herschel con el nombre de HJ1166 y que tiene una tercera componente de magnitud 9,8 –casi la misma que la componente B- a unos 96,2” de separación. Así que me encuentro con una triple que, a la vista de estos datos, realmente promete.

Esta es la ficha y los comentarios de la noche:


28 de marzo de 2011. Celestron Nexstar 5i de 127mm, oculares de 31mm (40,33x); 25mm (50x); 10mm (125x) y 7,5mm (166,66x). Seeing de 4/5 (Siendo 5=óptimo). Empiezo con el cielo despejado, pero al final las nubes bajas se adueñan del cielo. Sin Luna.

( 1 ) 7 LMi (HJ 1166)

“Un sistema triple que puede observarse ya a 50x y que no precisa más aumentos. La principal presenta un precioso color amarillo. Muy potente, tanto que casi se come a sus compañeras. A la derecha veo la componente B. Su débil magnitud de 9,7 hace que no acabe de percibir con claridad su color. ¿Blancuzco?, ¿amarillento?... difícil de precisar. Pero lo que más me llama la atención es la tercera componente. Según los datos que he tomado del WDS, debería tener un brillo similar al de la componente B, y sin embargo, es mucho más débil que ésta. Incluso me cuesta detectarla. Tengo que comprobar que no haya tomado mal los datos”.

Revisé los datos que aparecen en el WDS y no me había equivocado al tomarlos. A continuación comprobé en Aladín las magnitudes que muestra para las tres componentes, a saber: A (5,869); B (9,56); C (9,8).

Seguía la incognita, así que como me encontraba en un callejón sin salida decidí consultarlo en el Foro de Astronomía de la Asociación Astronómica Hubble, donde dos compañeros (Nachote y Pleiva) fueron tan amables de indicarme el camino hacia la solución.

Resulta que los datos sobre la magnitud de la tercera componente que aparecen tanto en el WDS como en Aladin no son correctos. Sin embargo, en otras fuentes:

http://archive.eso.org/gsc/gsc

Los datos que aparecen son los siguientes:

Componente A – Mag. 5.90.
Componente B – Mag. 9,45.
Componente C – Mag. 11,35

Datos que sí encajan con lo que observé en visual con mi telescopio.

Decidí dar otra oportunidad a Aladín, porqué me llamaba la atención que la magnitud de la tercera componente no fuera la correcta. Esta vez compuse la fotografía de HJ1166 (7 LMi) a partir de la placa del Catálogo POSSII.J-DSS2 de 18-3-1996 con los datos del NOMAD1 (Naval Observatory Merged Astrometric Dataset) un catálogo fotométrico y astrométrico actualizado que me permitió confirmar los siguientes datos de magnitud para las componentes de HJ1166:

Magnitud Visual Componente A: 5.863
Magnitud Visual Componente B: 9.555
Magnitud Visual Componente C: 11.730

Y aprovechando las herramientas que nos proporciona Aladin adquirí la distancia y los ángulos de posición para las tres componentes:

AB: Dist. 62,94”; AP: 128,6º
AC: Dist. 96,96”; AP: 216,6º


Poco a poco todo volvía al cauce correcto...

Y ya para quedarme más tranquilo... el 31 de marzo de 2011 cogí de nuevo el SC de 127mm y apunté hacia HJ 1166. El resultado fue el mismo, y para que quedara constancia, acoplé la cámara DBK para guardarme un recuerdo de esta bonita, huidiza y misteriosa triple de Leo Minor:

Volviendo a lo que comentaba al principio: es bueno recopilar toda la información que podamos sobre los objetos que vamos a observar... pero no está de más utilizar también nuestro propio criterio. De vez en cuando podemos encontrar “misterios” con los que pasar un buen rato hasta llegar a resolverlos.

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Actualización: http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2011/07/hj1166-lmi-actualizacion-de-magnitud-en.html

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viernes, 22 de abril de 2011

M101 - Galaxia del Molinillo en Ursa Major

Si hay un objeto al que intentaba observar una y otra vez, y una y otra vez fracasaba estrepitosamente, ese ha sido M101, hasta el punto de convertirse para mi en una galaxia “maldita”.

Cuando empecé a planificar mis observaciones vi que las estrellas y otros objetos de cielo profundo solían acompañarse por un número, el cual designaba su magnitud. Por aquél entonces pensaba, erróneamente, que una galaxia como M101, a la que se le asignaba una magnitud de 8,3, sería tan fácil de observar como una estrella de la misma magnitud.

Para no cometer mi mismo error sería bueno comprender un poco la terminología que se emplea a la hora de estimar el brillo de los objetos celestes.

Por un lado nos encontramos con la Magnitud Aparente o Visual (mv), que es el brillo de un cuerpo celeste según la intensidad con la que lo percibimos como observadores terrestres.

La escala que se utiliza para plasmar en número este brillo es una adaptación del sistema que ideó Hiparco en el siglo II a.C. Este astrónomo griego, director de la Biblioteca de alejandría, asignó la 1ª magnitud a las estrellas más brillantes que podía observar a simple vista, mientras que a las más débiles las consideraba de la 6ª magnitud. Así, llegó a clasificar cerca de un millar de estrellas agrupándolas según las estimara de magnitud 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª ó 6ª.

En la actualidad, el sistema toma como estrella de referencia la Alpha Lyrae (Vega), a la que se le asigna una magnitud de 0,0 y con una base matemática, cada magnitud se diferencia de la siguiente por un factor de 2,512. Para que nos hagamos una idea, una estrella de 1ª magnitud es 100 veces más brillante que una de la 6ª. Aunque no acabemos de comprender completamente el concepto en un principio, lo que importa realmente es que nos quedemos con la idea de que a menor magnitud, más brillo; y a mayor magnitud, más débil veremos el cuerpo celeste.

La Magnitud Aparente, en consecuencia, es un dato muy útil para nosotros, los astrónomos aficionados. Sin embargo, los astrónomos profesionales, utilizan preferiblemente otro tipo de referencia: la Magnitud Absoluta (Mv), que se refiere al brillo aparente que tendría el cuerpo celeste en cuestión, si se encontrara a una distancia de 10 pársecs (32,6 años luz). De esta manera, se puede comparar directamente la luminosidad propia de cada objeto sin el condicionante de la distancia a la que se encuentra.

Y llegados a este punto, vamos a introducir el concepto de Magnitud Integrada, concepto que me debió pasar por alto en mis primeros tiempos de introducción a la observación astronómica y que de haberlo tenido asimilado, me hubiera evitado muchos quebraderos de cabeza y desilusiones... como fue el caso de M101.

La Magnitud Integrada se aplica a galaxias, cúmulos y nebulosas, y tiene en cuenta el brillo conjunto del cuerpo celeste si éste se encontrara concentrado en un punto.

Concepto importante, ya que si vemos, por ejemplo, que M82, la Galaxia del “Cigarro” en Ursa Major, tiene una magnitud de 9,4; y M101, galaxia también en la misma constelación, pero con magnitud 8,8; podemos llegar fácilmente a la conclusión que M101 es más fácil de observar que no M82 debido a su mayor brillo. Craso error, ya que debemos tener en cuenta otro aspecto fundamental, que no es otro que la superficie de cielo que ocupa una y otra.

El brillo de magnitud 8,8 de M101 se encuentra diseminado a lo largo de una extensión celeste de 14’x21’ proporcionando una visión más difusa y ténue que no el brillo de magnitud 9,4 de M82 que abarca tan sólo 7’x3’. Haced la prueba con vuestros instrumentos si tenéis ocasión y lo entenderéis enseguida... tal como me pasó a mi.

Otro concepto relacionado es el de Brillo Superficial, que es utilizado expresamente para indicar el brillo aparente de objetos de cuerpos celestes extensos. El brillo superficial se suele dar en magnitud/arcseg2, pero lamentablemente, a nivel de aficionado no es muy común encontrar este dato.

Intenté muchas veces observar M101. Con prismáticos, con telescopio, en Luna Nueva, en noches con un “seeing” excepcional, adaptando excepcionalmente la vista a la oscuridad, utilizando la visión lateral... y nada. No era capaz ni de intuirla. Veía perfectamente M82, pero de M101, ni rastro.

Al final llegué a la triste conclusión que el gran problema era la contaminación lumínica de mi lugar de observación habitual. Triste, pero real como la vida misma. Así que el pasado 1 de abril, decidido a dar caza de una vez por todas a esta esquiva galaxia, fui a observar desde un lugar realmente oscuro, de tal manera, que pensé que si no era capaz de verla entonces, me convencería definitivamente que la existencia de M101 no era otra cosa que un mito...

Pero fue plantar el telescopio, apuntar al lugar donde debía encontrarse la galaxia y saltar de alegría al ver, ya en un primer vistazo, la presencia de una manchita difusa.

Este fue el dibujo que hice después de estar un buen rato observando y adaptando la vista a la oscuridad:

Utilicé el ocular Hyperion Aspheric de 31mm, que acoplado a mi SC de 127mm, proporcionaba un campo generoso y unos 40x. Llevaba un buen rato observando otros objetos, por lo que ya tenía la vista con un buen grado de adaptación a la oscuridad. Gracias a ello, como he comentado, fue poner el ojo en el ocular y notar su núcleo brillante.

Me puse realmente contento y noté una sensación de felicidad reservada a sesiones de observación realmente excepcionales. Como la noche que vi mi primer objeto a través de un telescopio (Marte), la primera vez que apunté a la Luna, Saturno y sus anillos, Júpiter y sus lunas, la galaxia de Andrómeda, el estallido del cometa Holmes 17P, Almach, la Supernova SN2011B...

Fijándome un poco en el conjunto, me dio la sensación que las estrellas más brillantes que aparecen en el campo del ocular rodeaban de forma reverencial a M101.

A medida que voy adaptando mejor la vista y miro de reojo, el centro galáctico se va viendo de forma más evidente, y poco a poco, ante mi, la galaxia va aumentando de tamaño... impresionante. Finalmente, fijándome mucho, consigo notar ciertas zonas con claroscuros.

A ver si puedo explicarlo, no es que vea la galaxia tal como aparece en fotografías, sino más bien son zonas que aparecen y desaparecen a mis ojos, que deben ser, sin duda, las zonas más brillantes de los brazos galácticos.

Un monstruo de galaxia espiral, M101, también conocida como galaxia del Molinillo, presenta un diámetro de 184.000 años luz, que casi dobla el de nuestra Vía Láctea. Se encuentra situada a unos 25 millones de años luz de distancia y fue descubierta en 1781 por Méchain.

Muy complicada, por no decir imposible, para cielos que sufran cierta contaminación lumínica y en noches con presencia de Luna. Sin embargo, el rato que pasé con ella la noche del 1 de abril de 2011, compensa con creces todos los sinsabores de las muchas noches que intenté sin éxito su observación.

Supongo que utilizando un telescopio de mayor abertura será otra historia...

sábado, 9 de abril de 2011

M109 - Galaxia en Ursa Major

En la constelación de Ursa Major podemos localizar a M109, una galaxia espiral barrada (Tipo SBc) que se encuentra situada a unos 67 millones de años luz de distancia. Pertenece al Grupo Galáctico de Ursa Major, compuesto por 79 miembros, y es una de sus galaxias más significativas.

M109 no formaba parte del catálogo original publicado por Messier, y no fue incluida en él hasta 1953. Ese año, el profesor de la Universidad de Harvard, Owen Jay Gingerich, publicó un artículo en el número de septiembre de la revista Sky & Telescope, a partir del cual, NGC3556 pasaría a conocerse como M108, y NGC3992 como M109.

Pierre Méchain, colaborador de Messier, observó por primera vez la nebulosa planetaria M97 la noche del 16 de febrero de 1781. En la misma entrada donde especificaba la situación y el aspecto, anotó que cerca de ella se encontraba otra nebulosa, y una tercera que quedaba detrás de la Gamma UMa.

Gingerich llegó a la conclusión que aludían a las ya mencionadas NGC3556 y NGC3992 y abogó por su inclusión “oficial” en el Catálogo de Charles Messier.


El pasado 1 de abril de 2011, cansado de intentar observar sin éxito varias galaxias de la constelación de Ursa Major, Coma Berenices y Virgo, decidí desplazarme a un sitio oscuro y realizar una “minimaratón” de galaxias Messier. El resultado fue realmente satisfactorio, y una prueba más que unos cielos oscuros son condición sine qua non para observar galaxias con un telescopio de poca abertura como mi SC de 127mm.

M109 es fácil de localizar, ya que se encuentra a unos 39’ al sudeste de Gamma UMa (Phecda), además, una vez se llega a la zona donde debe encontrarse, tres estrellas que forman una línea recta, sirven de perfecta referencia. Estas estrellas son de izquierda a derecha, en el dibujo que hice a 78x, HIP58252 (mg. 8,6), TYC3833-781-1 (mg. 9,6) y HIP58318 (mg. 9,2). La galaxia se encuentra al lado de la estrella central. Ambas forman un triángulo junto a la estrellita TYC3833-756-1 (mg. 11,9).

Como muestra de las dificultades de observar estos objetos difusos, comentar que dos días después volví a apuntar el telescopio hacia M109 desde mi lugar de observación habitual, y el resultado fue que sólo fui capaz de ver HIP58252, TYC3833-781-1 y HIP58318. Del resto de estrellas que dibujé desde un cielo más oscuro, ni rastro. Y evidentemente, M109 no se distinguía en lo más mínimo.

Pero volvamos a la gratificante observación desde cielos oscuros y sin Luna. Una vez localicé la galaxia, dibujé las estrellas más brillantes. A continuación, apagué la linterna y descansé un poco la vista. Puse el ojo de nuevo en el ocular y a medida que fui adaptando la vista a la oscuridad, M109 iba apareciendo de manera más clara. Es bastante grande, con un núcleo ciertamente marcado que se va difuminando paulatinamente hasta que desaparece por completo la ténue manchita blanca ovalada que representa la huidiza galaxia.

De los brazos espirales que tan bien se ven en fotografía... y a lo mejor en telescopios de mayor abertura, nada de nada. Sin embargo, acabé la observación de M109 bastante contento. No es un objeto fácil para un telescopio de 127mm.

sábado, 2 de abril de 2011

Sirius A y Sirius B en Canis Major

Sirius, Alpha Canis Majoris, es la estrella más brillante que podemos ver de noche en el cielo (Mag. –1,46). Es muy fácil de localizar, no sólo por su brillo excepcional, sinó también por su vecindad con la constelación de Orion.

Situada a unos 8,6 años luz de distancia, Sirius está considerada la quinta estrella más cercana a la Tierra y existen referencias a ella en la mitología y la tradición de las principales civilizaciones.

Para profundizar un poco sobre el respecto, el artículo que aparece en la wikipedia resulta bastante útil:

http://es.wikipedia.org/wiki/Sirio

Desde que empecé a interesarme por la astronomía, incluso antes de tener mi primer telescopio, Sirius se convirtió en un objetivo muy atractivo para mi. Observarla con unos simples prismáticos cuando se encuentra cerca del horizonte puede convertirse en un festival cromático realmente impresionante.

Este parpadeo y continuos cambios de color no son fruto de fenómenos internos de la estrella, sinó que es debido a las turbulencias provocadas por nuestra atmósfera, que unido al extremado brillo de Sirius, ofrece estos destellos de color verde, azul y amarillo tan característicos.

De hecho, Sirius es una estrella blanca de clase espectral A1V, tal como podemos comprobar en una buena noche cuando se encuentra alta en el cielo. Estrella brillante, potente, una estética impresionante... que guardaba un secreto.

En 1844, el astrónomo alemán Friedrich Bessel, estudiando las oscilaciones del moviento propio de Sirius, llegó a la conclusión que Sirius debía tener una compañera. Extremo que fue confirmado el 31 de enero de 1862 cuando Alvan Graham Clark pudo observar por primera vez la acompañante de Sirius que conocemos actualmente como Sirius B... o el “Cachorro”, haciendo alusión a que Sirius también se conoce como la “Estrella Perro”.

Sirius B es una enana blanca que posee una masa similar a nuestro Sol, pero que tiene un tamaño parecido a la Tierra.

Las dos estrellas orbitan entre sí a lo largo de un periodo de unos 50 años. A lo largo de este tiempo Sirius B se encuentra más o menos alejada de Sirius A. La consecuencia de ello para nosotros, los aficionados, es que tan sólo podemos detectar la enana blanca cuando se encuentra lo suficientemente separada de la principal de manera que evite ser canibalizada por su brillo.

Por suerte, la tendencia en los próximos años será favorable a nuestros intereses. La máxima separación se producirá en 2018, momento en que se encontrarán separadas por 12”. En 1994 se produjo la última separación mínima que es de menos de 3”.

Desde que tuve conocimiento de la existencia de Sirius B y de la dificultad que entraña cazarla tanto fotográficamente como en visual, he ido intentando, sin éxito, conseguir desdoblarla... hasta el pasado 31 de marzo de 2011.

Por la noche tuve ocasión de montar el telescopio durante una hora, y decidí acoplar la cámara DBK al Nexstar 5i de 127mm. No había Luna, estaba despejado, el seeing era de 4/5 (Siendo 5=óptimo)... muy buenas condiciones que me ayudaron a conseguir el siguiente resultado:

Todo un éxito. Al final pude cazarla. Después de tantas y tantas noches de resultados infructuosos, cuando al final alcanzas el objetivo que andabas buscando, la satisfacción es realmente tremenda.

Animado, la noche siguiente, el 1 de abril de 2011, intenté en visual. Este es el dibujo que hice:

Blanca, potente, cegadora... la zona alrededor de Sirius parece un desierto estelar por culpa del brillo excesivo de la quinta estrella de mayor magnitud del cielo. A pesar de los diferentes aumentos que voy alternando, de Sirius B nada de nada. Tendré que dejar pasar algún año más... o utilizar mayor abertura.

Sea como sea, el buen rato que pasé cuando conseguí desdoblar el sistema ya lo llevo por delante...