domingo, 23 de octubre de 2011

Sugerencias de Observación por Constelación

Uno de los principales objetivos que me propuse cuando empecé el blog fue el de compartir mis observaciones con otros aficionados a la astronomía, cosa que intento hacer con cada nueva entrada en el blog.

Otro objetivo que tenía en mente era intentar facilitar los primeros pasos a aquellos que se inician en esta bonita afición explicando mis primeras experiencias (Básicamente, bajo la etiqueta de "General"). Y en este sentido he pensado que sería de utilidad tener un listado por constelación de objetos interesantes que observar.

He creado una página específica titulada "Planificar la Observación" con un listado formado por todos los objetos que he observado y he comentado en el blog, pero mi intención es ir actualizándolo con más objetos interesantes que tenga pendientes de observar o que estén fuera de mi alcance, pienso cuando digo esto en las constelaciones propias del Hemisferio Sur. Espero que algún día pueda llegar a observarlas... aunque sólo sea una vez en la vida.

Las columnas corresponden al nombre del objeto, la Ascensión Recta, la Declinación y la clase de objeto.

Espero que sea útil.

lunes, 17 de octubre de 2011

Psi1 Piscium - Doble con encanto en Pisces

Por una razón u otra, hay rincones en el cielo que no suelen ser un objetivo habitual en nuestras sesiones de observación. Sin embargo, hay ocasiones en las que por casualidad llegamos a ellos y nos impresionan de tal manera que se convierten en un lugar entrañable al que volvemos siempre que tenemos ocasión. 

Esta es la pequeña historia de uno de esos rincones... a los que siempre vuelvo.

En octubre de 2008 estaba leyendo un libro (no recuerdo cuál) en el que se explicaba un poco por encima la historia de la constelación de Pisces e indicaba una serie de objetos interesantes que podemos encontrar en ella. La explicación mitológica me atrajo bastante la atención... tanto que me documenté un poco sobre el tema leyendo algunas de las partes del libro “Los mitos griegos” de Robert Graves, donde aparecían referencias a la historia en particular.

En un primer momento, se podría pensar que la constelación de Pisces evoca un escenario idílico representado por el tranquilo nadar de dos pececillos... nada más lejos de la realidad. Pisces representa la huída desesperada de una madre y un hijo de la barbarie y sin razón de un monstruo destructor y vengativo: Tifón.

Después que Zeus venciera a los Titanes, unos Gigantes, hijos de la Madre Tierra y Tártaro, organizaron otra rebelión contra el Olimpo, pero aunque con mucha dificultad, también fueron derrotados.

La Madre Tierra, en venganza por la destrucción de los Gigantes, yació de nuevo con Tártaro y posteriormente dio a luz a su hijo menor: Tifón, el monstruo más grande que jamás ha existido. Desde los muslos hacia abajo sólo era serpientes enroscadas, y en vez de manos, tenía incontables cabezas de serpiente. Su cabeza de asno brutal rozaba las estrellas, sus enormes alas ensombrecían el Sol, sus ojos desprendían fuego y de su boca salían rocas encendidas.

Para culminar la venganza, Tifón se dirigió al Olimpo, y los dioses, haciendo gala de un dudoso concepto de honor y valentía, huyeron aterrorizados a Egipto metamorfoseándose en distintos animales. Aquí nos centramos en el tema que nos ocupa: Afrodita, la diosa del Amor, en toda la amplia acepción de la palabra, se convirtió, al igual que su hijo Eros (al que los romanos conocen como Cupido), en pez. Y para evitar separarse, ataron una cuerda a sus colas y emprendieron la huída por mar. Esta es la representación que simboliza la constelación de Pisces: la huída de Afrodita y su hijo Eros del monstruoso Tifón.

Por cierto, finalmente, Tifón fue derrotado por Zeus que lo arrojó al monte Etna, cuyo cráter escupe fuego hasta el día de hoy.

Una vez satisfecha la curiosidad histórica, me fijé en uno de los objetos de la constelación que proponían observar a través de prismáticos 15x70: la zona de la estrella doble Psi1 Piscium.

Con estos antecedentes, la noche del 19 de octubre de 2008, después de unos cuantos días de cielos nublados, vi que se estaba produciendo una pequeña tregua y se abrían algunos claros. Nada lo suficientemente importante como para sacar el telescopio, pero si para hacer una rápida observación con los prismáticos. Pensando qué ver, recordé Psi1 PSC, cogí los Skymaster 15x70 y el Pocket Sky Atlas y me entretuve a localizar la doble.


Para ello, primero apunté a Alpheratz (Alpha AND) y Algenib (Gamma Pegasi), uno de los lados del cuadrado de Pegaso, y a partir de ellas “dibujé” un triángulo equilátero en dirección hacia la constelación de Pisces, cuyo vértice superior lo constituye precisamente la Psi1 Psc. De hecho, lo que pude ver en un primer momento fue un precioso asterismo triangular formado por cuatro estrellas:

Psi 1 Psc, mag. 5,3 y 5,5, espectro B y a 239 años luz de distancia.
Psi 2 Psc, mag. 5,53, espectro A y a 161 años luz de distancia.
Psi 3 Psc, mag. 5,56, espectro G y a 405 años luz de distancia.
Chi Psc, mag. 4,65, espectro K y a 441 años luz de distancia.


En un primer momento estuve disfrutando de las cuatro estrellas en su conjunto, que ocupaban un buen trozo del campo de mis 15x70 (4º). Plateada, blancuzca, amarillenta y anaranjada, espectivamente.

Al cabo de un rato recordé que la Psi 1 era doble... así que apoyé los brazos en la barandilla de la terraza y me fijé en ella... y qué preciosidad: dos puntitos plateados perfectamente desdoblados formando parte de ese sensacional asterismo triangular...

No sabría decir si con unos prismáticos 10x50 podría llegar a desdoblarse la Psi1 Psc, pero sea como sea, el bonito asterismo formado por estas cuatro estrellas es digno de visitar.

Durante estos años he ido haciéndole visitas con los prismáticos y he disfrutado de ella en varias ocasiones, sin embargo, no fue hasta el pasado 5 de octubre de 2011 que se me ocurrió apuntarle con el SC de 127mm.


Con el telescopio se pierde la posibilidad de disfrutar del asterismo formado por Psi1-Psi2-Psi3-Chi Psc, pero con todo, nos encontramos con una fácil estrella doble, apta para todo tipo de telescopios y muy bonita, tanto que es una muy buena opción a la hora de enseñar a cualquiera que se acerque a observar por nuestro telescopio.

Ya a 50x se aprecian dos puntitos blancos gemelos y extremadamente brillantes. No es necesario forzar más los aumentos, la prestancia de esta doble es indiscutible. Estoy un buen rato disfrutando con ella, y al final me animo a acoplar la cámara DBK al telescopio e inmortalizar el momento:


Un rincón que no aparece en las guías más populares del cielo, pero al que bien vale la pena hacerle una visita.

viernes, 14 de octubre de 2011

Omicron Ceti - Variable tipo Mira en Cetus

Hasta el momento, mi incursión en el campo de las estrellas variables se ha limitado a la observación y seguimiento de Delta Cephei y Beta Lyrae, dos variables de corto periodo realmente asequibles. Poder observar estas variaciones de brillo en las estrellas nos ayuda a comprender que el Cosmos no es algo estático, algo que siempre nos ofrece el mismo aspecto, sino que, por el contrario, es algo cambiante y dinámico.

La primera variable que me propuse observar fue Delta Cephei, una pulsante que se contrae y se expande de una manera más o menos regular en un corto periodo de tiempo. La siguiente fue Beta Lyrae, variable eclipsante también de corto periodo. Y el siguiente paso que me propuse fue intentar hacer el seguimiento de una variable de largo periodo tipo Mira, pero lamentablemente, no he sido capaz de ser constante, bien sea por culpa mía, bien sea por culpa de condicionantes externos.

A pesar del fracaso, hacer el seguimiento de una estrella variable de largo periodo se encuentra todavía en mi lista de temas pendientes de observación astronómica a realizar.

Hace unos días leí que estas semanas Omicron Ceti (Mira) se encuentra cerca de su máximo brillo, y pensé que, a pesar de no hacerle un seguimiento sistemático, sería interesante echarle un vistazo y hacerle una fotografía. El pasado 5 de octubre de 2011 a las 22h 08m T.U. acoplé mi cámara DBK21AU04.AS al SC Nexstar 5i de 127mm y saqué esta foto para el recuerdo:


En ella podemos observar a Omicron Ceti (Mira) brillando en todo su esplendor –según estimaciones de la AAVSO su magnitud rondaba la 2,5- empequeñeciendo con su potencia a la otra estrella que aparece en el campo (TYC4693-1146-1) de magnitud 9,4. Lo más llamativo del caso es que cuando Omicron Ceti se encuentra en su mínimo brilla menos que ella. Visualmente, a pesar de la Luna iluminada en un 68% de su superficie, era fascinante ver la rojiza Mira acompañada por una tímida TYC4693-1146-1 azulada... que con el paso de las semanas se irá envalentonando paulatinamente contemplando como Omicron Ceti va perdiendo brillo.

Omicron Ceti cede su nombre propio (Mira) a una categoría específica de estrellas variables caracterizadas por ser gigantes rojas en un avanzado estado de evolución estelar cuyo periodo se extiende entre 80 y 1000 días y sus variaciones de brillo superan las 2,5 magnitudes.

Omicron Ceti en concreto es una gigante roja de tipo espectral M, situada a unos 418 años luz de distancia que oscila de la magnitud 2,0 a la 10,1 en un periodo de 331,96 días. Con estos datos vemos que según el momento de su periodo en que se encuentre Omicron Ceti, puede pasarnos completamente desapercibida debido a su debilidad... o puede llegar a presentarse equiparada a Deneb Kaitos (Beta Ceti), la estrella más brillante de la constelación de Cetus (Como es el caso de mi fotografía).

Otro aspecto interesante es que hace varios miles de millones de años Omicron Ceti era una estrella similar a nuestro Sol, por lo que viendola actualmente, podemos “ver” lo que será el Sol es un momento más avanzado de su evolución estelar. Llegará un momento en que los gases expulsados por Omicron Ceti se conviertan en una nebulosa planetaria y ella misma contrayéndose en un tamaño similar a la Tierra, acabará siendo una enana blanca.


Para hacer el seguimiento de Omicron Ceti podemos utilizar las cartas estelares que proporciona la AAVSO indicando "MIRA" en el cajetín "WHAT IS THE NAME, DESIGNATION, OR AUID OF THE OBJECT?" e ir seleccionando el campo de visión (A...G) y la orientación que precisemos en “WHAT NORTH-SOUTH ORIENTATION WOULD YOU LIKE?” y “WHAT EAST-WEST ORIENTATION WOULD YOU LIKE?”. Cuando lo tenemos todo seleccionado hay que pinchar en “PLOT CHART”:

http://www.aavso.org/vsp

También en la web de la AASVO podemos consultar las estimaciones de brillo hechas por otros aficionados a la astronomía por si queremos tener una idea de la magnitud en la que se encuentra Omicron Ceti en cada momento:

http://www.aavso.org/ql/results?auid=000-BBD-706&startjd=2455750.14219

Esto nos puede resultar de gran ayuda, especialmente si no estamos muy familiarizados con la estimación de brillo de las estrellas variables. Ya comenté el método que utilizo para ello en la entrada correspondiente a Beta Lyrae:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2010/05/beta-lyrae-sheliak-una-doble-variable.html

Puede parecer sencillo, pero en el caso de Omicron Ceti nos encontramos con un pequeño problema. Mira se presenta con una marcada tonalidad rojiza, y es bien sabido que el color rojo tiende a saturar nuestra retina dando la sensación que la estrella es más brillante de lo que realmente es. Esto se conoce como “Efecto Purkinje” siendo la mejor manera de evitarlo estimar el brillo echando rápidos vistazos y evitando fijar excesivamente la vista en la variable.

Sea como sea, no tenemos más remedio que adaptarnos a nuestros condicionantes personales, por lo que quien pueda hacer un seguimiento de Omicron Ceti (se aconseja visitarla cada dos semanas y un poco más a menudo cuando se encuentra cerca del máximo y del mínimo), va a disfrutar mucho siendo testigo de su evolución... y quien no pueda, también resultará interesante estar al tanto del momento de sus extremos de brillo y aprovechar para echarle un vistazo. Por mi parte, a ver si puedo estar pendiente y la pillo de nuevo cerca del mínimo.

lunes, 10 de octubre de 2011

Aristillus

En la octava noche de lunación muchos son los alicientes que nos ofrece nuestro satélite, muchos y para todos los gustos. El pasado 5 de octubre de 2011 antes de observar la zona del trío Ptolemaeus, Alphonsus y Arzachel, principal objetivo de la noche, me entretuve un rato con un pequeño cráter que me llamó especialmente la atención. Ese cráter no era otro que Aristillus.

Decidí hacer un rápido dibujo, ya que presentaba unos detalles realmente espectaculares:


Aristillus es un cráter de unos 55 km de diámetro y una altitud de 3.650 m que puede observarse ya a partir de la sexta noche de lunación. Empiezo poniendo el ocular de 25mm que me proporciona 50x en mi SC de 127mm y me permite ver toda la Luna en el campo del ocular. Paso a 125x y voy recorriendo el terminador hasta que me detengo ante la vista del espectacular cráter Archimedes, pero no estoy demasiado tiempo con él, porqué casi automáticamente, mi atención se dirige hacia un pequeño cráter situado a su lado: Aristillus.

La turbulencia atmosférica no afecta demasiado esta noche, por lo que pongo 250x para exprimir al máximo las posibilidades de mi telescopio. Lo primero que me llama la atención son los picos centrales que se aprecian en su interior. Sí, picos... más concretamente, cuento 5, pequeñitos, pero bien definidos.

La luz solar casi lo baña por completo, pero esta octava noche de lunación todavía muestra una pequeña zona oscura que contrasta exageradamente con la pared opuesta. Ésta se encuentra iluminada de tal manera por los rayos del Sol que incluso da la sensación de encontrarse completamente saturada.

En el resto de las paredes puedo apreciar, bien, la palabra más exacta sería intuir, las terrazas que circundan el cráter. De todas maneras, tengo que reconocer que las he visto más claras en otros cráteres.

A continuación lo que me capta la atención es lo que me parece una formación en forma de domo que se encuentra en la zona externa del cráter, en el dibujo arriba a la derecha.

Para finalizar comentar que alrededor del cráter se notan claramente las irregularidades que conforman el sistema de rayos fruto del impacto que formó el cráter.

Como despedida de este espectacular cráter, hago una fotografía con la DBK21AU04.AS acoplada al SC de 127mm y la barlow x2:


Por cierto, más tarde veo que hacia el Norte de Aristillus (arriba en la fotografía), se aprecia un cráter fantasma. En visual no reparé en él, así que ya tengo una tarea pendiente para la próxima vez que visite la zona. Lo que es seguro, es que contemplar con tranquilidad el cráter Aristillus nos proporcionará un buen rato de distracción.

sábado, 8 de octubre de 2011

Ptolemaeus, Alphonsus, Arzachel y cráteres de halo oscuro

Hacía tiempo que no dedicaba una noche de observación a la Luna, y ya echaba en falta esa sensación de estar observando “otro mundo” cada vez que dirijo el telescopio hacia ella.

La noche del 5 de octubre de 2011, aprovechando que nuestro satélite se encontraba en su octavo día de lunación y presentaba una iluminación del 68% de su superficie, decidí relajarme de un día duro de trabajo observando tres cráteres perfectamente asequibles, pero que ofrecen un buen número de alicientes. Me refiero a Ptolemaeus, Alphonsus y Arzachel.

En primer lugar, hice una foto general de esta rica zona:


Después decidí hacer una composición de dos fotografías utilizando la cámara DBK21AU04.AS junto con la barlow x2 y acoplada al SC de 127mm:


Empecé el viaje visitando un pequeño cráter de unos 41 km de diámetro llamado Herschel. Es un cráter que en este momento de la lunación se presenta muy atractivo, principalmente al estar medio bañado por la luz del Sol y mostrando orgulloso su pico central, medio oscuro, medio iluminado.

Pero no puedo evitar que al poco rato mi atención se desvíe hacia Alpetragius, un cráter por el que tengo una especial predilección. Al igual que Herchel, tiene un diámetro de 40 km y una montaña central, pero la diferencia entre uno y otro salta a la vista. La oscuridad todavía se resiste a darse por vencida frente a los rayos solares, por lo que la imponente montaña central muestra una pequeña porción iluminada mientras se encuentra rodeada de una tétrica oscuridad. Nunca me canso de observar y disfrutar de este espectáculo ofrecido por Alpetragius y que a menudo se encuentra eclipsado por la magnificencia del trío de cráteres que lo acompañan: Ptolemaeus, Alphonsus y Arzachel. Tres cráteres encadenados, que siempre aparecen relacionados, pero que son completamente diferentes entre ellos.

Por un lado tenemos Ptolemaeus, que con un diámetro de 154 km es el mayor de la zona. Es una planicie amurallada sin ningún pico central, pero sí con numerosos cratercillos en su interior. Dependiendo de la abertura del instrumento que utilicemos y de las condiciones de la noche, veremos más o menos cratercillos. De todas maneras, podemos estar un rato contando los que vemos... y si somos afortunados, también podremos disfrutar de la Catena Davy, justo al lado de Ptolemaeus.

A continuación me fijo en Alphonsus, cráter dedicado al Rey castellano Alfonso X el Sabio (s. XIII), que con 118 km de diámetro presenta una pequeña montaña central, que me llama especialmente la atención: pico muy pequeño para tan gran cráter... o mucho cráter para tan pequeña montaña central. A pesar de todo, tiene cierto encanto.

Y finalmente, Arzachel, el más pequeño de los grandes (98 km), pero el más atractivo. Estoy un buen rato disfrutando de sus terrazas, perfectamente distinguibles con mi SC de 127mm, que muestran un pequeño cráter en la pared más cercana a Alpetragius. En el interior de Arzachel una montaña espectacular de 1500 m de altitud, con mucha más presencia que la de Alphonsus, se ve acompañada por un cráter de 10 km de diámetro (Arzachel A) y por una rima que se extiene a lo largo de 50 km. En definitiva, un cráter con mucho que ofrecer.


Después de forzar los máximos aumentos útiles que me permetía mi telescopio (250x), di por terminada la observación de esta impresionante zona lunar.

Pero resulta que todavía quedaba un aspecto interesante del cráter Alphonsus que me pasó completamente inadvertido cuando lo estuve observando y del que no me di cuenta hasta que procesé las imágenes que había tomado.

Esta es la foto resultante después de apilar y optimizar el vídeo de Alphonsus:


Me doy cuenta que dentro de Alphonsus hay unas manchas que, en un primer momento, se me ocurre que puedan ser motas de polvo del sensor de mi DBK. Con cara de fastidio, voy a comprobar si también me han salido en otras fotografías, pero veo que no. Y, ¿entonces?

Busco por internet fotografías hechas por otros aficionados y me doy cuenta que también aparecen esas “manchas”. Bien, después de esto, llego a la conclusión que no son manchas... y me dispongo a intentar averiguar a qué pueden ser debidas esas zonas oscuras tan marcadas dentro del cráter.

Después de leer un poco veo que se trata de cráteres de halo oscuro.

He recortado y ampliado la fotografía para mostrar un poco mejor lo que me llamó la atención:

Pinchar en la foto para ver las zonas oscuras
Los mares de la Luna (“Maria”), son la principal expresión del resultado del vulcanismo lunar, sin embargo, también podemos encontrar zonas en las que se produjo una erupción explosiva o piroclástica (expulsión violenta de fragmentos rocosos debida a la erupción de un volcán). Pues bien, resulta que las zonas oscuras que vi en la fotografía de Alphonsus corresponden a depósitos piroclásticos. De hecho, en Alphonsus se han identificado 13 cráteres de halo oscuro:

http://lunarnetworks.blogspot.com/2011/02/new-dark-halo-craters-in-alphonsus.html

Sinceramente, no sé si con el SC de 127mm podré ver esos cratercillos (suelen ser bastante pequeños – menos de 4 km de diámetro), pero confío en poder fijarme en los halos oscuros. Otro aliciente para la próxima vez que vaya a observar la zona de Ptlolemaeus, Alphonsus y Arzachel.

martes, 4 de octubre de 2011

NGC 40 - Nebulosa Planetaria en Cepheus

En la constelación de Cepheus, más concretamente en las coordenadas…

AR: 00h 13m
Dec. +72º 31’

… podemos encontrar la nebulosa planetaria catalogada como NGC 40. Está situada a unos 3.500 años luz de distancia y es una planetaria perfectamente asequible a pequeños telescopios, aunque bien es cierto que para exprimirla al máximo son necesarios unos cielos oscuros y un telescopio de gran abertura.

Más coloquialmente recibe el nombre de Nebulosa de la Pajarita (Bow-tie Nebula) y también podemos encontrarla bajo el nombre de Caldwell 2 (C2). Sea como sea, siempre nos dará unas buenas vistas.

Fue descubierta el 25 de noviembre de 1788 por William Herschel y actualmente su estrella central brilla con una magnitud aparente de 11,6 mientras que a la nebulosa en su conjunto se le asigna una magnitud de 12,3. La clase espectral de su estrella moribunda es WC, y presenta características propias de una estrella de tipo Wolf-Rayet, es decir, muy luminosa, muy caliente (50.000 ºC aprox.) y expulsando al espacio sus capas exteriores. Siguiendo con su evolución, se estima que dentro de 30.000 años la nebulosa habrá desaparecido y la estrella se habrá convertido en una enana blanca.

Con estos antecedentes, no hay que decir que NGC 40 se había convertido en un objetivo a observar, lo único que quedaba en el aire era saber cómo se comportaría mirándola con mi SC de 127mm y unos cielos con cierta contaminación lumínica.

Este es el dibujo que hice a 166x:


Y éstas son las anotaciones que tomé durante la observación:

A pesar que NGC 40 es una planetaria bastante asequible, resulta de gran ayuda documentarse un poco acerca lo que podemos esperar ver, y más todavía si observamos en cielos con cierta contaminación lumínica.

Empiezo con 50x, y en un primer vistazo nada me hace pensar que ante mi ya se encuentra la planetaria. Localizo las estrellas TYC4302-609-1 (mag. 9,6) y la TYC4302-1699-1 (mag. 9,06), que al estar formando un triángulo junto NGC 40, me sirve de perfecta referencia para situarme. Es entonces cuando me doy cuenta, mirando un poco de reojo, que más o menos a medio camino entre ellas, un poco desplazada a la derecha (respecto al dibujo), se aprecia una estrellita débil que ofrece cierta presencia fantasmagórica.

Con esto, ya soy plenamente consciente que he localizado la planetaria… y me doy cuenta que voy a necesitar más aumentos.

Pongo 125x y la cosa mejora, NGC 40 ya es más evidente. Curiosamente me pasa lo mismo que con la NGC6826, la Nebulosa Parpadeante (Blinking Planetary) en Cygnus, es decir, mirándola fijamente veo sin ningún problema la estrella central (HD 826), pero ni rastro de la nebulosa. Si miro con visión lateral, aparece como por arte de magia la nebulosa, pero ésta se “come” a la estrella central… De todas maneras, en algún momento de transición soy capaz de ver una débil estrella envuelta por una nebulosidad redondeada evanescente.

Pongo 166x y en vista del buen resultado que dan, decido hacer el dibujo a estos aumentos.

Llegados a este punto es el momento de empezar a jugar con los filtros. Primero acoplo el OIII, pero en vista que me oscurece tanto que hace imposible la observación, opto por cambiarlo rápidamente por el UHC. Realmente, mucho mejor.

Cuando utilizo estos filtros con el SC de 127mm soy consciente que tengo que armarme de paciencia, ya que es necesario adaptar muy bien la vista a la oscuridad, hay que ser muy preciso enfocando, hay que utilizar la visión lateral (periférica) y poner la cabeza en una inclinación muy crítica… sólo entonces soy capaz de sacarle el máximo partido al filtro.

Pues bien, con el filtro UHC la estrella central ha desaparecido, pero la nebulosidad se presenta un poco mejor: una manchita blancuzca redondeada y extensa… bastante extensa en comparación con otras planetarias típicas que suelo observar

Espera…

Son las 20h 31m T.U., hace más de tres cuartos de hora que estoy intentando exprimir todo lo que puedo NGC 40 y justo ahora, me han apagado las luces del campo de fútbol que me quedaba precisamente debajo de la constelación de Cepheus. Ahora tan sólo queda a mi espalda la Luna que brilla (me da la sensación que con cierto tono ceniciento) iluminada en el 47% de su superficie. Pero después de lo que he sufrido por culpa de las luces del campo de fútbol, esto es gloria. ¡Qué cambio!

Se podría considerar que empieza una nueva sesión de observación. Retiro el filtro y la nebulosa, que tanto me costaba atinar antes, ahora aparece de forma clara y evidente. Espectacular. Las dos estrellitas más débiles, una al lado de la planetaria y la otra enfrente, es ahora cuando las veo y las dibujo.

Por cierto, la estrella más brillante del campo (Debajo de la planetaria), es la TYC4302-1699-1, que también aporta su granito de arena a la estética del conjunto. La veo de color amarillo/anaranjado muy bonito, y después, consultando en Aladín, veo que es también una estrella triple (MLR 282). Lo malo es que según los datos que aparecen en el catálogo del WDS, es condición sine qua non, observarla con cielos oscuros y grandes aberturas:

00138+7233  MLR 282AB   AP: 157º; Sep. 0.5”; Mag. 9.82 / 9.97
00138+7233  MLR 282AB,C AP: 329º; Sep. 33.9”; Mag. 9.25/ 13.5

La pareja AB se encuentra demasiado cercana, y la componente C es muy débil. A pesar de ello, una cosa más a tener en cuenta si entra dentro de nuestras posibilidades.

En definitiva, una planetaria muy atractiva con la que he pasado un buen rato intentando sacarle el máximo partido posible batallando con los condicionantes observacionales de la noche.

Lo bueno es que si con el SC de 127mm y con cierta contaminación lumínica he disfrutado, no quiero ni pensar lo que puede ser observada desde un cielo oscuro con mi SC de 235mm. Otra vez será, de momento me voy a dormir más que satisfecho, mañana toca madrugar.