viernes, 31 de julio de 2015

NGC6217 - Galaxia en Ursa Minor

Muchos astrónomos aficionados sólo visitan la constelación de Ursa Minor con la intención de tomar como referencia la estrella polar para poner en estación el telescopio.

Como mucho visitan alguna doble, algún asterismo o utilizan las estrellas que componen su característica forma para comprobar la calidad del cielo, ya que su brillo va desde la magnitud 2 de Polaris hasta la 5 de Ursa Minoris.


Carta Generada con Cartes du Ciel

Y la verdad es que no hay mucho más que observar con nuestros telescopios de aficionado.

Si queremos intentar cazar alguna galaxia en esta constelación no tendremos más remedio que ir a por la NGC6217.

Carta Generada con Cartes du Cie

No es una galaxia fácil para pequeños telescopios, ya que con su magnitud visual de 11,5 precisa de unos cielos bien oscuros para poder cazarla, pero si las condiciones de la noche nos acompañan, podremos ver una bonita galaxia.

La noche del 16 de mayo de 2015 estaba disfrutando de unos cielos oscuros, con mi SC de 235mm, pero el viento que soplaba no ayudaba demasiado a la hora de forzar aumentos. A pesar de ello hacía ya tiempo que llevaba intención de observar la NGC6217 y decidí probar, a ver cómo respondía en una noche que no era especialmente adecuada.

Este es el dibujo que acabé haciendo de ella:



Gracias a la generosa abertura de mi telescopio y de unos cielos con poca contaminación lumínica, es poner el ojo en el ocular Nagler de 16mm y percibirla sin ninguna dificultad.

Pequeña, alargada y con un núcleo central muy marcado, marcado y concentrando, tanto que en ciertos momentos presenta un aspecto casi estelar.

El halo que envuelve al núcleo se muestra alargado y ciertamente difuso, tal vez afectado por la turbulencia de la noche. A medida que voy adaptando mejor la vista a la oscuridad y utilizando la visión lateral, se aprecia mucho mejor.

Si tuviera que calificar a esta galaxia de alguna manera, diría que es una galaxia coqueta.

Después de observarla busco alguna fotografía de NGC6217 y por un lado encuentro ésta del Hubble que es ciertamente espectacular:

Hubble Site

Y por otro lado, ésta más humilde de Aladin Lyte que me hace plantear si habría podido exprimirla un poco más de haberla observado desde unos cielos más oscuros y en una noche más calmada.

Aladin Lite

NGC6217 es una galaxia espiral barrada descubierta en 1797 por William Herschel que se encuentra a unos 60 millones de años luz de distancia y que presenta un tamaño de 3’x2,5’.

Una galaxia exigente, pero muy bonita, que puede llegar a serlo aún más desde cielos sin contaminación lumínica y un telescopio de abertura generosa.

viernes, 24 de julio de 2015

M97 - Nebulosa Planetaria en Ursa Major con el SC de 235mm

Sopla un fuerte viento, y esto suele arruinar por sí mismo cualquier noche de observación. Aunque disponga de cielos negros y del telescopio de 235mm, la fuerte turbulencia provoca que las estrellas se vean gruesas y temblorosas.

Pero a pesar de todo, decido apuntar hacia M97 para comprobar si puedo aprovechar un poco la noche. Y realmente, no me arrepiento en absoluto.

Sólo con poner el ojo en el ocular Nagler de 16mm (146x), a diferencia de lo que me ocurrió con el SC de 127mm desde cielos semiurbanos (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2009/05/m97-nebulosa-planetaria-en-ursa-major.html), pude percibirla sin ningún problema. Una manchita redondeada, blanquecina, enmarcada en un rico y atractivo campo estelar.

Debido a la turbulencia es posible que algunas estrellas más débiles me pasaran por alto, pero como el objetivo era la planetaria, no le doy demasiada importancia.

Intento forzar un poco más los aumentos, pero la noche no da más de sí y decido dibujar la nebulosa con estos 146x. Primero el campo estelar, después, añadiendo el filtro OIII, a M97.



Con el SC de 127mm no fui capaz ni tan siquiera intuir las zonas más claras del interior de la planetaria que le dan ese aspecto que recuerda a los ojos de una lechuza, una peculiaridad a la que debe su conocido sobrenombre.

Con el SC de 235mm en un principio tampoco las distingo. Y empiezo a temer que la atmósfera inestable resulte un impedimento más serio de lo que me había imaginado al principio.

Intento adaptar mejor la vista a la oscuridad, utilizo la visión lateral y muevo ligeramente el tubo. Y es entonces cuando noto como una zona central algo más débil que el resto de la planetaria. Con un poco de paciencia me parece adivinar que la parte de la izquierda (en mi dibujo) se aprecia mejor que no la derecha.

No acabo de quedar convencido del todo y lo primero que hago es dejar anotado volver a M97 con unas condiciones más decentes, a ver si soy capaz de percibir los “ojos de la lechuza” de una manera más cómoda.

M97 fue descubierta el 16 de febrero de 1781 por Pierre Méchain. La podemos localizar sin demasiado problema, siempre y cuando disfrutemos de cielos oscuros, en la constelación de Ursa Major gracias al diámetro aparente de 170” y a su magnitud de 9,9 que presenta.

Carta generada con Cartes du Ciel

Esta planetaria que se extiende a lo largo de 3 años luz, se encuentra según estimaciones a unos 1.630 años luz de distancia y mejora mucho su aspecto si la podemos observar con un filtro OIII. Por poco que podamos, no debemos dejar de intentar su caza.

viernes, 17 de julio de 2015

NGC5897 - Cúmulo globular en Libra

Cuando uno no tiene la suerte de poder observar cuando quiere y se ve condicionado por factores completamente imprevisibles, deja de ser demasiado exigente con las condiciones de observación que le tocan y mira de adaptarse en todo momento. El caso es poder sacar el telescopio y poder recordar lo que es ver algo a través de él.

Pues bien, la noche del 16 de mayo de 2015 era una de esas noches. Me encontraba en mi pueblo, disfrutando de buenos cielos, con el SC de 235mm a mano y sin Luna, pero  soplaba un viento insistente que impedía resolver con éxito cualquier intento de forzar aumentos.

De llevar unas cuantas noches observando, hubiera decidido dejarlo para otra ocasión, pero como no era el caso, me armé de valor y decidí montar el equipo y probar suerte con NGC5987, un cúmulo globular en la constelación de Libra.

Carta generada con Cartes du Ciel

No debe engañarnos la generosa magnitud de 8,4 que vemos se le asigna a NGC5897, los 13’ que ocupa hace que no aparezca excesivamente brillante y marcado ante nuestros ojos, a no ser que observemos desde unos cielos verdaderamente oscuros.

En un primer vistazo no soy capaz de percibirlo, tengo que esperar unos segundos a que mi vista se vaya adaptando para ir viendo como paulatinamente va apareciendo ante mí una manchita blanquecina, de forma algo irregular y cada vez más extensa.

Aunque ya soy capaz de percibirlo sin dificultad, su brillo continúa siendo débil, muy débil, al igual que las estrellitas que voy adivinando a lo largo y ancho del globular y que al final, me hacen llegar a la conclusión que a pesar de su debilidad, estoy ante un cúmulo resoluble.

Algunas componentes las noto algo más brillantes, de manera que se perciben de manera individualizada, pero son la excepción. La mayoría me aparecen y desaparecen con el típico crepitar de aquellos cúmulos de componentes al límite de nuestra percepción.

Veo dos estrellas en la periferia del globular, bueno para ser estrictos, en la periferia de lo que alcanzo a ver del él, que resaltan sobre el resto, lo que me hace pensar que no pertenezcan físicamente al cúmulo. Más tarde leo en el libro de James O’Meara “Hidden Treasures” que la componente más brillante de NGC5897 brilla con magnitud 13,3, por lo que ya no me queda duda de ello.

Este es el dibujo que finalmente hice de lo que veía a través del ocular:



Al final tengo que reconocer que puedo considerarlo como realmente bonito, pero sin duda, bastante exigente en cuanto a calidad de cielos que requiere para sacarle el máximo partido.

De todas formas, tampoco descartaría que la turbulencia atmosférica no me condicionara más de lo que pensaba y, con mejores condiciones, resultara más asequible y espectacular en contra de la impresión que tuve esa noche.

Aladin Lite

NGC5897 fue descubierto por William Herschel el 10 de marzo de 1785. Está situado a 40.400 años luz de distancia y presenta un diámetro de 135 años luz. Es un cúmulo pobre en metales, lo que significa que lo más probable es que se formara en un estado inicial de la evolución de nuestra galaxia.

Se trata del único cúmulo globular que encontramos en la constelación de Libra y sólo por el hecho de mostrarse con un aspecto tan diferente a como podemos ver otros globulares en las constelaciones vecinas (por poner unos ejemplos, M3, M53 o M13), bien vale el esfuerzo de visitarlo cuando disfrutemos de cielos oscuros.

miércoles, 15 de julio de 2015

2015-07-14 - Conjunción Regulus-Venus-Júpiter

Después de cenar no he podido evitar salir al balcón a tomar un poco el fresco, bueno, es un decir, ya que el calor extremo y la humedad que estamos sufriendo estos días en Barcelona no permite muchas alegrías en este aspecto.

Sin embargo, se estaba bien, y además he vuelto a ver a los protagonistas de la conjunción del pasado 30 de junio de 2015 (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2015/07/conjuncion-venus-jupiter-30-de-junio-y.html).

Venus y Júpiter se encuentran ahora separados por unos 6º, mientras que en su máximo acercamiento estuvieron a sólo 22’. Pero la vista que ofrecen actualmente es muy sugerente, ya que se encuentran a una misma altura y parece que quieran mantener un pulso entre ellos.

Esta noche del 14 de julio de 2015 se ha sumado a la fiesta un invitado que no esperaba, la estrella Regulus (Alpha Leonis), que junto a los planetas han formado un peculiar triángulo rectángulo.

La magia del momento ha hecho que decidiera coger un papel y trazar cuatro garabatos que me sirvieran de recuerdo. Así también pasaba un buen rato relajándome con el lápiz en la mano disfrutando de la conjunción.

El dibujo es un rápido bosquejo, pero evoca perfectamente lo que vi:



Más tarde, cuando pasaba las notas al ordenador y escaneaba el dibujo se me ha ocurrido invertirlo con el Photoshop. No he sabido decidirme por qué versión decantarme, así que como me gustan las dos, aquí las dejo:



Ya un poco más fresco de lo que estaba al principio y relajado (cuando se trabaja todo el día con el ordenador delante se agradece expandir la vista de vez en cuando), no he podido resistirme a sacar la foto de la conjunción con la Nikon D5100:



Todo se complementa. La foto es más real y fiel, el dibujo más evocador. Con la foto he disfrutado dos segundos y con el dibujo quince minutos… eso sí, ambos me dejan un buen recuerdo de esta bonita e inesperada conjunción entre Regulus (mag. 1,4) Venus (mag. -4,2) y Júpiter (Mag. -1,3).

domingo, 12 de julio de 2015

Disfrutando de Scorpius con unos prismáticos

Cuando se acercan las cálidas noches de verano siempre resulta agradable echarse en una tumbona en algún lugar oscuro y, armados con unos sencillos prismáticos, dar un paseo por el cielo.

Podemos apuntar a muchas zonas interesantes, pero para empezar a hacer boca, un paseo siguiendo la Vía Láctea resulta espectacular.

Una vez ya tengamos la vista adaptada a la oscuridad, una opción es centrar nuestra atención en una de las constelaciones más interesantes que nos ofrece el cielo estival: Scorpius.

Carta generada con Cartes du Ciel

Lo más fácil es empezar apuntando hacia Antares, la Alpha Scorpii (mag. 1,03, clase espectral M4 Ia), que con su marcado color rojizo nos mostrará la fuerza y magnificencia que esconden los cielos. Antares es una supergigante roja de un tamaño estimado equivalente a 645 radios solares. Si la situáramos en lugar del Sol, se extendería más allá de la órbita de Marte

A menos de 1,5º al oeste encontraremos a M4, un cúmulo globular de magnitud 5,9, realmente asequible y que nos ofrece una vista fabulosa.

A medio camino entre Antares y Beta Scorpii podemos encontrar otro cúmulo globular, M80. Bastante más complicado, ya que brilla con magnitud 7,2 y es mucho más pequeño que M4, pero resulta asequible si nuestros cielos son razonablemente oscuros.

Para relajarnos un poco, cambiamos radicalmente de objetos y vamos a la caza de una pareja estelar que, aunque se trata de dos estrellas sin ninguna relación física entre ellas, a través de nuestros telescopios la apreciamos como si una bonita doble blancoazulada se tratara. Me refiero a Mu1/Mu2 Scorpii.

Una vista inolvidable a través de binoculares es la del “Falso Cometa”, una zona en el sur de la constelación que abarca unos 2º y que incluye varios objetos de diferente naturaleza. Por un lado tenemos en la cabeza del falso cometa a la doble Zeta Scorpii (mag. 3,6-4,7). Medio grado al norte nos aparecerá un atractivo y colorido cúmulo abierto NGC6231 y a continuación, representando la cola, el extenso cúmulo estelar Cr 316.

Yendo por esta zona, la principal dificultad que tendremos será (desde latitudes peninsulares) su cercanía al horizonte, por lo que deberemos lidiar, seguramente, con cierta contaminación lumínica.

Y para terminar de una manera más tranquila y agradable podemos visitar los dos cúmulos estrella de la constelación. M6 y M7. El primero que ocupa casi medio grado, brilla con una magnitud integrada de 4,5 y sólo por su cercanía a M7 nos puede parecer menos espectacular de lo que realmente es.

M7 es una delicia y se reconoce sin ninguna dificultad en el momento en que aparece en el campo de nuestros prismáticos. Su magnitud conjunta de 3,3 lo dice todo.

Esta fotografía la hice con la Nikon D5100 y se puede apreciar la característica forma de Scorpius, un clásico del verano. Eso sí, a la izquierda, contaminación lumínica de la Luna (75%), a la derecha, las farolas de mi pueblo a pleno rendimiento, y en el horizonte, los pueblos costeros de levante con su luz de excesos. Otros clásicos veraniegos.



Muchos son los alicientes que esconde la constelación de Scorpius, pero con estos objetos que he comentado podremos pasar un rato agradable durante una calurosa noche de verano que nos permitirá volver a sentir esas sensaciones que experimentamos cuando recién empezábamos a descubrir las maravillas del cielo.

viernes, 10 de julio de 2015

M58 - Galaxia en Virgo con el SC de 235mm

A menudo, observando galaxias con mi SC de 127mm me quedo con la duda de si habré podido sacarles todo el jugo posible teniendo en cuenta mi abertura, y preguntándome si con el SC de 235mm se vería muy diferente.

La mayoría de veces la visión de la galaxia mejora considerablemente y me ofrece bastantes más detalles, pero en otras ocasiones, lo único que cambia sustancialmente es el tamaño que muestran en el ocular.

Y esto es más o menos lo que me ha pasado con M58.

El 2 de abril de 2011 pude disfrutar y dibujar esta asequible espiral barrada (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/07/m58-galaxia-en-virgo.html) y realmente quedé satisfecho con la experiencia. Pero posteriormente, buscando información acerca de M58 pude ver algunas fotografías de ella donde parecía que con una mayor abertura sería posible sacarle más partido a la observación.

NOAO/AURA/NSF

Con esta esperanza, el 8 de mayo de 2015, desde unos cielos oscuros, apunté el SC de 235mm hacia ella. Era el primer objeto que observaba esa noche y a lo mejor no tenía la vista lo suficientemente bien adaptada a la oscuridad, o puede que todavía no fuera noche cerrada, o puede que los cielos de mi pueblo no sean ya tan buenos como lo eran hace unos años, no sé.

El caso es que tuve que dedicarle más tiempo del esperado hasta que llegó el momento en que vi que ya no podía sacarle más jugo, momento en que quedé algo decepcionado viendo que poco más me había ofrecido comparado con la vez que la observé con el SC de 127mm.

El campo estelar donde se encuentra enmarcada no puede considerarse demasiado espectacular. Destaca con fuerza la TYC878-506-1, situada en la parte superior del dibujo, de magnitud 8 y una buena referencia para situar a la galaxia. Y de entre el resto de componentes, considerablemente más débiles, tan sólo mantiene cierta relevancia la amarillenta HIP61630, de magnitud 11 y que se muestra en la parte inferior.



M58 presenta un núcleo extremadamente compacto y brillante, y de manera curiosa, esto representó un pequeño problema a la hora de percibir bien el halo que lo envuelve.

A medida que voy adaptando mejor la vista el halo se muestra cada vez más marcado, hasta que su forma ovalada se aprecia perfectamente, sin embargo, cuando mi atención vuelve a centrarse en el núcleo, el halo disminuye drásticamente su extensión.

Al final, utilizando visión lateral e intentando extraerme del brillo del núcleo he podido percibir el halo en toda su extensión y de manera más cómoda.

Esta experiencia, muy semejante a la que se tiene con algunas nebulosas planetarias (como la Blinking Planetary – NGC6826), es la primera vez que me ocurre con una galaxia.

Soy incapaz de distinguir ningún detalle interior en la galaxia, salvo alguna zona más clara o más oscura que otra, pero nada de barras, ni brazos, ni ninguna peculiaridad especial. En definitiva, parecido a lo que vi con el SC de 127mm, pero con mayor aumento.

Charles Messier descubrió esta galaxia el 15 de abril de 1779 mientras estaba realizando el seguimiento de un cometa y la catalogó como M58.

Con un diámetro de 107.000 años luz, esta espiral barrada de tipo SBc se encuentra a unos 62,5 millones de años luz y pertenece al cúmulo galáctico de Virgo.

M58 es una galaxia realmente asequible, gracias a un diámetro aparente de 5,9’ x 4,7’ y una magnitud visual de 9,6 y resulta muy agradecida con cualquier telescopio, siempre y cuando la observemos desde unos cielos razonablemente oscuros.

domingo, 5 de julio de 2015

M61 - Galaxia en Virgo con el SC de 235mm

El 1 de abril de 2011 tuve la ocasión de observar y dibujar la galaxia M61 que se encuentra situada en la constelación de Virgo con mi SC de 127mm:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/06/m61-galaxia-en-virgo.html

Y al final de las notas dejé apuntado: “M61 es una de aquellas galaxias que, después de estar observándola un buen rato con mi telescopio de 127mm y llegar a un punto en el que dudo pueda sacarle más partido… me queda la extraña sensación de que es una galaxia que con más abertura, resultaría realmente espectacular”.

Pues bien, el pasado 8 de mayo de 2015 se me presentó la oportunidad de comprobar si mi impresión era acertada o no.

Desde cielos rurales oscuros y con el SC de 235mm apunté hacia M61 y, después de estar un buen rato con ella, pude confirmar que, efectivamente, esta galaxia, con las condiciones adecuadas, resulta un verdadero espectáculo.



Pero vayamos paso a paso.

Vale la pena estar unos minutos con el ojo pegado en el ocular, haciendo pantalla con las manos para evitar cualquier luz intrusa, sólo para ir viendo cómo, poco a poco, un puntito luminoso que en principio se percibe como una estrella desenfocada y que no es otra cosa que el núcleo galáctico, se va viendo envuelto a cada instante que pasa por un halo cada vez más marcado y extenso.

No veo brazos perfectamente definidos, o tal vez sí. Lo que percibo es una forma espiral que se aprecia de esta forma gracias a zonas más o menos oscuras que aparecen en el halo.

Cometo un error de principiante. Enciendo la linterna roja para dibujar el campo estelar, algo que hubiera tenido que hacer antes de tener perfectamente adaptada la vista a la oscuridad, y, como por arte de magia, me desaparece la galaxia, volviéndose a ver ese punto desenfocado que había percibido al principio.

Pero la recompensa de ver M61 con la vista adaptada es tan grande que no me importa repetir el proceso de nuevo.

Hablando del campo estelar en la que se encuentra enmarcada, no es que sea demasiado espectacular, pero algún aliciente podemos encontrar en él, como puede ser la estrella HIP60224 que se encuentra casi en los límites del campo y que ofrece un bonito color amarillo intenso. Brilla con magnitud 8,2 y tiene una clase espectral de tipo K1 III.

Y mientras estoy con la tarea, la sorpresa que después de tantos años observando por el telescopio, ya no lo es tanto. Veo pasar a velocidad endiablada un satélite artificial. Más tarde compruebo que tiene bastantes números de tratarse del Iridium69, que en esos momentos brillaba con una magnitud generosa de 5,0.

Al final creo que el dibujo consigue plasmar bastante bien lo que pude ver por el ocular, y permite, junto con el que hice con el SC de 127mm, tener una idea aproximada de lo que podemos esperar ver con una y otra abertura.



M61 no resulta demasiado complicada de localizar, primero por su magnitud de 9,7 y un diámetro de 6’ y segundo porqué disponemos de buenas referencias para encontrarla. Si localizamos la estrella doble 17 Vir, de magnitud 6,4 y nos vamos desplazando hacia 16 Vir (mag. 5,0), nos encontraremos a unos 50’ a M61.

Carta generada con Cartes du ciel

Está situada a 49,6 Millones de años luz y se extiende a lo largo de 94.000 años luz. Fue descubierta el 5 de mayo de 1779 por el sacerdote italiano Barnaba Oriani mientras estaba realizando el seguimiento del cometa C/1779 A1 Bode.

Messier también la vio de manera independiente la noche del 5 de mayo, pero la tomó por un cometa y no fue hasta el 11 de mayo de 1779 en que la identificó como “una nebulosa muy débil y difícil de percibir”.

Lo bueno de M61 es que da mucho juego tanto en telescopios pequeños como en los de mayor abertura, y desde cielos oscuros, con paciencia y unas condiciones de observación adecuadas, nos va a dejar un recuerdo imborrable.

Aladin Lite


viernes, 3 de julio de 2015

Conjunción Venus-Júpiter, 30 de junio y 1 de julio de 2015

De vez en cuando los planetas en movimiento nos regalan bonitas conjunciones que, habitualmente, podemos disfrutar a simple vista.

Lo que no es tan habitual es que los planetas se encuentren tan cercanos (en perspectiva, se entiende) que además podamos verla con nuestros telescopios.

El 30 de junio y el 1 de julio de 2015 Venus y Júpiter nos ofrecieron fantásticas vistas al encontrarse separados por tan sólo unos 22’ y 29’ respectivamente.

Hacía semanas que en el cielo, cuando volvía a casa del trabajo, podía ver cómo ambos planetas iban acercándose paulatinamente el uno al otro. Un  bonito preludio al máximo acercamiento se produjo el 20 de junio de 2015, día en que Venus, Júpiter y la Luna nos ofrecieron un bonito triángulo celeste:



Y poco a poco fue llegando el gran día.

Por suerte, en mi zona las previsiones meteorológicas eran favorables, por lo que pude centrarme en planificar la observación.

El principal problema que tenía es que tan sólo disponía aproximadamente de una hora desde que los planetas se vieran cómodamente en el cielo hasta que se les afectara la turbulencia atmosférica a medida que se aproximaran al horizonte.

Hacia las 19h 15m T.U. localizo a Venus a simple vista, pero no a Júpiter. Ya lo esperaba, de manera que cojo los prismáticos 15x70 y apunto hacia Venus, y empieza el espectáculo. No hace demasiado que el Sol se ha ocultado detrás de la montaña que tengo enfrente de mi domicilio y la claridad diurna todavía está presente.

Sin embargo, con los prismáticos puedo apreciar en el mismo campo una bolita grisácea y un espectacular Venus que, mientras puedo mantener los 15x70 relativamente estables, me ofrece un aspecto de media luna pequeñita. Nunca deja de ser curioso ver los planetas cuando todavía hay luz de día.

Con este panorama voy esperando a que las sombras de la noche vayan adueñándose del cielo y hacia las 20h 15m T.U. decido tomar la primera foto testimonial de la conjunción:



Una vez conseguido este primer recuerdo, empiezo a montar el telescopio SC de 12mm en el balcón. No tengo demasiado espacio, y la verdad es que resulta un poco agobiante sortear plantas, trípodes, mesas, sillas, accesorios… e ir con cuidado de que no caiga nada a la calle y me enfrente a una demanda por abrir la cabeza a alguien con un ocular volador…

Y es cuando pongo el ojo en el ocular de 25mm que me ofrece un campo de visión de 1º que no puedo reprimir una exclamación al darme cuenta que por muchas fotografías que haga, ese momento será el que recordaré con más satisfacción de esta peculiar conjunción.



Un precioso Júpiter (mag. -1.8), mostrando sus bandas ecuatoriales y flanqueado por los cuatro satélites galileanos. Ganímedes (mag. 5,5) alejado a la derecha. A la izquierda, más cercano al planeta Io (mag. 5,9), a continuación Europa (mag. 6,2) y finalmente Calisto (mag. 6,5).

Y un Venus extremadamente blanco y brillante (mag. -4,4) mostrando una superficie iluminada en tan sólo un 34%.

Pero lo que más desconcertado me deja cuando me pongo a dibujar lo que veo, es el hecho que tenga la sensación de que el tamaño que aprecio en Júpiter sea muy parecido al que creo intuir en Venus.

Intrigado abro el Starry Night y compruebo que el tamaño aparente de ambos es el mismo, 32”. Una feliz coincidencia que se suma a la belleza que emana del ocular.

Pero como he comentado antes, el tiempo apremia. No con muchas ganas cambio el ocular por la cámara ASI120MM y después de trastear un poco con ella veo que no alcanzo a ver los dos planetas en el mismo campo.

El tiempo corre.

En vez de pelearme más con la cámara, decido cambiarla por la Nikon D5100. Ahora sí se ve bien la conjunción, pero lamentablemente, la turbulencia ya afecta a Júpiter y no soy capaz de conseguir una imagen nítida de él.

Y el tiempo sigue corriendo.

Así que al final opto por sacar una foto testimonial, saturándola un poco para que se puedan apreciar bien, por lo menos, los satélites de Júpiter:



Y parece que el tiempo cada vez va más acelerado.

Finalmente, saco la cámara del telescopio y la monto en un trípode para hacer una última foto de despedida:



Con la que doy por concluida la observación de esta atractiva conjunción.

No recuerdo haber visto ninguna que me haya provocado niveles tan altos de ansiedad, y me reafirmo en la impresión que los minutos que he pasado con el ojo pegado al ocular mientras dibujaba lo que veía, han sido los mejores de la noche.

El 1 de julio los planetas ya no se iban a encontrar tan cercanos, pero con todo, los 29’ de separación todavía permitían disfrutar de una bonita conjunción.

Esta vez no me puse tan nervioso, y decidí tomarme la cosa con más calma. De manera que directamente apunté con el telescopio hacia Venus y me puse a observar el panorama con el telescopio.



Esta noche la turbulencia afecta más a la observación, hasta tal punto que, teóricamente, tendría que haber sido capaz de percibir los cuatro satélites de Júpiter, sin embargo, sólo soy capaz de ver, a la derecha del planeta, a Io, Europa y Ganímedes. Calisto se encontraría a la derecha del planeta, pero no veo ni rastro de él. Y mira que lo he intentado por activa y por pasiva.

Vuelvo a recurrir al Starry Night y frente mi desconcierto veo que Calisto se encuentra a tan sólo 4,3” de Júpiter.

Vuelvo a mirar, pero no. No hay manera, así que me tengo que conformar en dibujar lo que veo.

Dándole vueltas intento buscar alguna explicación. Por un lado se me ocurre que esté tan cerca del planeta que su brillo y la turbulencia existente lo hagan invisible a mi ojo. Y por otro lado me pregunto si no es que la causa de no verlo sea el hecho de entrar en la sombra de Júpiter… pero viendo que el disco iluminado del planeta lo está en un 100%, no acabo de verlo claro. Para colmo, cuando luego hago la fotografía correspondiente con la Nikon D5100 esperando que apareciera Calisto, pues resulta que también brilla por su ausencia.



En fin.

Por su parte, Venus continúa mostrando su fase, pero con la peculiaridad de estar encarada al lado opuesto al que se encuentra Júpiter (a diferencia del día 30) debido al movimiento del planeta.

Intento continuar con la observación, pero de repente unas nubes bajas se encargan de, muy a mi pesar, dar por concluida la sesión de observación.

Con todo, haciendo balance entre ayer y hoy, tengo que decir que he disfrutado mucho con esta conjunción planetaria con Venus y Júpiter de protagonistas.

El 2 de julio, cuando el Sol empezaba a despedirse, volví a sacar la cabeza a ver cómo se encontraban los protagonistas de los últimos días y lo que vi me recordó que en nuestra afición estamos en manos del tiempo caprichoso. Esto es los que se mostraba ante mis ojos:



Y a pesar de ello, más tarde acabaría despejando permitiéndome concluir un gif animado donde incluyo fotografías desde el 28 de junio hasta el 2 de julio donde se puede ver la danza planetaria realizada estos días por Venus y Júpiter. Lástima que la calidad gif no sea muy buena, pero como testimonio creo que representa un buen corolario a esta conjunción.