viernes, 17 de julio de 2015

NGC5897 - Cúmulo globular en Libra

Cuando uno no tiene la suerte de poder observar cuando quiere y se ve condicionado por factores completamente imprevisibles, deja de ser demasiado exigente con las condiciones de observación que le tocan y mira de adaptarse en todo momento. El caso es poder sacar el telescopio y poder recordar lo que es ver algo a través de él.

Pues bien, la noche del 16 de mayo de 2015 era una de esas noches. Me encontraba en mi pueblo, disfrutando de buenos cielos, con el SC de 235mm a mano y sin Luna, pero  soplaba un viento insistente que impedía resolver con éxito cualquier intento de forzar aumentos.

De llevar unas cuantas noches observando, hubiera decidido dejarlo para otra ocasión, pero como no era el caso, me armé de valor y decidí montar el equipo y probar suerte con NGC5987, un cúmulo globular en la constelación de Libra.

Carta generada con Cartes du Ciel

No debe engañarnos la generosa magnitud de 8,4 que vemos se le asigna a NGC5897, los 13’ que ocupa hace que no aparezca excesivamente brillante y marcado ante nuestros ojos, a no ser que observemos desde unos cielos verdaderamente oscuros.

En un primer vistazo no soy capaz de percibirlo, tengo que esperar unos segundos a que mi vista se vaya adaptando para ir viendo como paulatinamente va apareciendo ante mí una manchita blanquecina, de forma algo irregular y cada vez más extensa.

Aunque ya soy capaz de percibirlo sin dificultad, su brillo continúa siendo débil, muy débil, al igual que las estrellitas que voy adivinando a lo largo y ancho del globular y que al final, me hacen llegar a la conclusión que a pesar de su debilidad, estoy ante un cúmulo resoluble.

Algunas componentes las noto algo más brillantes, de manera que se perciben de manera individualizada, pero son la excepción. La mayoría me aparecen y desaparecen con el típico crepitar de aquellos cúmulos de componentes al límite de nuestra percepción.

Veo dos estrellas en la periferia del globular, bueno para ser estrictos, en la periferia de lo que alcanzo a ver del él, que resaltan sobre el resto, lo que me hace pensar que no pertenezcan físicamente al cúmulo. Más tarde leo en el libro de James O’Meara “Hidden Treasures” que la componente más brillante de NGC5897 brilla con magnitud 13,3, por lo que ya no me queda duda de ello.

Este es el dibujo que finalmente hice de lo que veía a través del ocular:



Al final tengo que reconocer que puedo considerarlo como realmente bonito, pero sin duda, bastante exigente en cuanto a calidad de cielos que requiere para sacarle el máximo partido.

De todas formas, tampoco descartaría que la turbulencia atmosférica no me condicionara más de lo que pensaba y, con mejores condiciones, resultara más asequible y espectacular en contra de la impresión que tuve esa noche.

Aladin Lite

NGC5897 fue descubierto por William Herschel el 10 de marzo de 1785. Está situado a 40.400 años luz de distancia y presenta un diámetro de 135 años luz. Es un cúmulo pobre en metales, lo que significa que lo más probable es que se formara en un estado inicial de la evolución de nuestra galaxia.

Se trata del único cúmulo globular que encontramos en la constelación de Libra y sólo por el hecho de mostrarse con un aspecto tan diferente a como podemos ver otros globulares en las constelaciones vecinas (por poner unos ejemplos, M3, M53 o M13), bien vale el esfuerzo de visitarlo cuando disfrutemos de cielos oscuros.

2 comentarios:

  1. Hola Oscar

    Hay que amoldarse a lo que se tiene, tu por suerte disfrutas de un sitio en el que a pesar del viento tienes buenos cielos, yo por contra a no ser que haga alguna salida tengo que conformarme con lo que me ofrece mi observatorio casero.

    Aquí hace mal tiempo pero ayer de madrugada que parecía que estaba despejado (en realidad no estaba despejado, había una fina capa de nubes, intente ver CP pero muy mal, fijate que M13 casi ni lo veía) pude hacer algunas observaciones, que al final derivaron en estrellas dobles aunque no con el equipo mas adecuado (monte el SW AC 120/600mm), pero bueno ahí estuve un rato observando algunas en mi orientación Oeste.

    Un Saludo
    Juan

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    1. Hola Juan,

      Tienes toda la razón, no nos queda otra que amoldarnos, pero es que cuando uno ha disfrutado del cielo alguna noche con las condiciones de observación completamente favorables, resulta muy duro volver a la observación urbana ;)

      A mí también me ha pasado lo que te ha ocurrido a ti con M13. Noches buenas es un espectáculo, extenso, perfectamente resoluble,... y otras, a penas se ve un manchurrón.

      Tal vez por eso cuando podemos disfrutar de una buena noche lo valoramos tanto :)

      Saludos.

      Óscar

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