domingo, 30 de diciembre de 2018

Dobles en Vulpecula

Hacía tiempo que iba detrás de una fuente de alimentación para mi Nexstar 5i y finalmente me he decidido por la “Power tank Lithium” (#18771) de Celestron. Las razones principales han sido su peso contenido de 1,2 kg, pequeño tamaño, rapidez de recarga y autonomía para mí telescopio.


La he recibido esta semana y aprovechando que la noche del 29 de diciembre de 2018 el cielo estaba despejado, monté el telescopio para probar cómo se comportaba. Y después de estar observando más de hora y media, he quedado muy contento con esta primera toma de contacto.

Estando en Barcelona, he decidido apuntar a cuatro estrellas dobles que tenía pendiente de observar en la constelación de Vulpecula. No es la mejor época para visitarlas, lo más adecuado sería durante verano-otoño, pero como actualmente no estoy en condiciones de ser muy exigente en este aspecto, en un momento me he visto con el ojo pegado al ocular apuntando a STF2445, STF2523, STFA42 y STT388.


( 1 ) – STF2445

 
A 50x ya la veo perfectamente desdoblada, pero para más comodidad es necesario forzar un poco más los aumentos. Con el ocular de 18mm alcanzo los 69x, y a pesar de estar catalogada como triple, he de reconocer que la tercera componente queda demasiado alejada como para resultar atractiva como sistema múltiple. Pero si la consideramos como doble, centrándonos en las dos componentes principales, la cosa cambia.

La principal brilla potente con un color blanquecino/amarillo pálido que contrasta con el azul pálido de la componente B, que aparece tímida a su lado. La componente C se resiste a no formar parte del paisaje, y con su color amarillento parece querer indicarnos que no debemos olvidarnos de ella.

Al final,  un bonito conjunto estelar con el que disfrutar.


( 2 ) – STF2523


Fácilmente localizable con 50x, queda desdoblada con estos aumentos, aunque si no supiéramos de su condición de doble, lo más probable es que nos pasara desapercibida. 

Mejor utilizar 69x.

Como me ha pasado con STF2445, la gran separación a la que se encuentra la componente C, de color amarillo pálido, hace que quede un poco desligada de la pareja de estrellas que se encuentran más cercanas entre sí.

La doble como tal, está formada por dos componentes prácticamente gemelas, con una estrecha separación entre ellas. Las dos presentan un color blanquecino y la suma de su brillo me provoca un curioso efecto óptico: me da la sensación de que brillan tanto como la componente C, aunque haya casi una magnitud de diferencia entre ellas.

No debemos confundirnos. Estas tres componentes forman casi una línea recta. Existe una estrella a medio camino entre AB y C, que brilla con magnitud 9,4 y que forma un asterismo triangular con el resto de estrellas.

Vale la pena dedicarle una visita. 


( 3 ) – STFA 42 (6 Vul / 8 Vul)


 STFA 42 es más bien una doble para prismáticos, más que para telescopios. La separación de 426,6” entre las dos componentes así lo aconseja, pero ya que me encuentro por la zona, he querido visitarla con el SC de 127mm y disfrutar de su potente brillo y marcados colores.

Con 50x es más que suficiente para percibir dos estrellas brillantes, ambas de color amarillo. Más marcado en la principal y no tanto en la secundaria, aunque no desmerece en absoluto. La 6 Vul (Alpha Vul) tiene una clase espectral K5 II, mientras que 8 Vul presenta una K0 III. Muy bonitas las dos.

No he podido resistirme y he cogido los 10x50 para comprobar qué tal se observaba a través de ellos. No me ha resultado nada difícil localizarla y disfrutar de su colorido con ellos.   


( 4 ) – STT 388


A bajos aumentos, esta estrella triple pasa completamente desapercibida, más aún si observamos desde ciudad como es mi caso. Así que, a pesar de la turbulencia que me afectaba (estimé un “seeing” de 2/5, siendo 5 el óptimo) forcé hasta los 166x.

Ahora sí, veo tres puntitos blancuzcos. Los que se encuentran más próximos entre sí me cuesta separarlos. Sin duda el hecho de encontrarse no demasiado elevados respecto al horizonte no ayuda. Con un poco de paciencia y aprovechando momentos de calma he podido, finalmente, desdoblarlos con cierta comodidad.

La componente C, la más débil de todas, se ve muy afectada por la contaminación lumínica de la ciudad.

He pasado un buen rato con este trío estelar, pero sin duda, un cielo más oscuro le haría más justicia a la belleza que transmite.

Carta generada con Cartes du Ciel
Os deseo que el 2019 os venga lleno de alegrías y que podáis disfrutarlas con salud. Gracias por visitar "La Orilla del Cosmos".

sábado, 15 de diciembre de 2018

El cometa 46P/Wirtanen el 14 de diciembre de 2018

Durante este mes de diciembre los aficionados a la astronomía podemos disfrutar del paso del cometa periódico 46P/Wirtanen, un cometa que llegará a ser lo suficientemente brillante como para ser asequible sin dificultad hasta con unos sencillos prismáticos.

Eso sí, la oscuridad de nuestros cielos va a ser determinante para ello.

Y esto es lo que me preocupaba, ya que como actualmente no puedo desplazarme a cielos oscuros y tengo que contentarme con la sufrida observación desde mi limitado balcón barcelonés, tenía miedo que la magnitud estimada de 8,8 con la que brilla en estos días, no fuera suficiente para que lo pudiera observar la noche del 14 de diciembre de 2018.

Para localizarlo utilicé el Cartes du Ciel, que nos permite actualizar la base de datos de cometas con el fichero que mantiene el Minor Planet Center. Sólo hay que seguir estos pasos:

Ajustes-Sistema Solar-Cometa-Cargar archivo MPC-Descargar-Ok

Después:

Buscar (ícono de los primáticos)-Cometa-En el cajetín izquierdo poner, en este caso 46P-Filtrar-Encontrar.

Carta generada con Cartes du Ciel
Antes de montar el telescopio quise probar si era capaz de cazarlo con prismáticos. Tomando como referencia las Pleiades (M45) y Aldebarán (Alpha Tauri), cogí los Celestron Skymaster Pro 20x80 y empecé a peinar la zona.

Sin éxito.

Cogí los 10x50 por si tenía más suerte, pero el resultado fue el mismo. ¿Demasiada contaminación lumínica?, ¿mi preocupante pérdida de vista con la edad?, ¿Torpeza?

Empezaba a desilusionarme, pero viendo que la noche estaba despejada, que ya disponía de dos estrellas a la vista para poder alinear el Nexstar 5i y que no tenía que madrugar al día siguiente, decidí probar con él.

Lo monté, le acoplé la esterilla que tengo para evitar que la humedad de la noche me empañe el telescopio, además de intentar evitar algo el reflejo de las luces urbanas, y apunté hacia donde debía encontrarse el 46P/Wirtanen.


Sólo tuve que adaptar un poco la vista y allí estaba, muy difuso, medio camuflado por la contaminación lumínica, pero perfectamente distinguible.

Decidí utilizar el filtro UHC-S, y la verdad es que el contraste mejoró bastante, a la vez que el cometa mantenía protagonismo.

Voy cambiando oculares, 25mm, 14mm, 40mm… y al final opto por dibujarlo con este último.


Lo vi pequeño, muy difuso, bastante esquivo. Pero en el campo aparecen unas cuantas estrellas que hacen que su observación quedara bastante más lucida que sin ellas.

El núcleo no lo vi demasiado marcado, ni especialmente brillante, pero con la suficiente presencia como para poder ser visto desde una ciudad tan polucionada lumínicamente como Barcelona. Lo rodeaba un halo (coma) que se iba haciendo más grande a medida que adaptaba mejor la vista, pero a pesar de todo este pequeño éxito, no pude evitar añorar los cielos oscuros a los que estoy acostumbrado cuando puedo ir a mi pueblo.

De su cola, ni rastro.

Sea como sea, es emocionante poder ver el 46P/Wirtanen desde Barcelona.

Me animé y decidí dibujarlo de nuevo, forzando los aumentos con el Delos de 14mm.

Este gran ocular lo compré con la idea de utilizarlo básicamente con el SC de 235mm y la CGEM, pero estoy tan contento con él que no puedo evitar ponerlo de vez en cuando en el Nexstar 5i, aunque parezca que el ocular sea más grande que el propio telescopio…


Pude ver el núcleo mejor definido, pequeño, pero más marcado y diferenciado de la coma que lo envolvía. Utilizando la visión lateral y con una buena dosis de paciencia mejoraba su apariencia respecto al 40mm. Incluso sin el filtro se veía bastante bien.

Así como antes presentaba una forma redondeada, ahora lo veía, difuso igualmente, pero con un aspecto de campana.

No pude concluir la observación de una manera mejor, teniendo en cuenta las condiciones con las que la hice.

Este cometa fue descubierto el 17 de enero de 1948 por Carl Alvar Wirtanen. Es un cometa periódico de la familia de Júpiter. Su periodo orbital actual es de 5,4 años, pero debido a que suele estar afectado por la fuerte gravedad de Júpiter cuando su órbita se acerca a la influencia del planeta, ha ido variando desde su descubrimiento, y es seguro que continuará variando en el futuro.

Es un cometa muy pequeño, su radio es de tan sólo 0,56 km, pero posee un núcleo hiperactivo, de tal manera que se puede considerar un cometa muy brillante en comparación con su tamaño real.

Veremos si puedo cazarlo de nuevo más adelante. Estos días irá moviéndose en el cielo entre el espacio que separa las Pleiades y las Hiades.

Acabo con una foto, más que nada testimonial, del cometa. Mi pericia, el monobrazo altazimutal y la contaminación lumínica no me permite más.


sábado, 8 de diciembre de 2018

Conjunción Marte - Neptuno el 7 de diciembre de 2018

Tenía anotado desde hace días en la agenda la conjunción de Marte y Neptuno que tendría lugar el 7 de diciembre de 2018. Hacia las 17h T.U. se encontraría separados por tan sólo algo más de 5’.

Ahora que no puedo desplazarme a buscar lugares de observación oscuros, tengo que conformarme con viajar básicamente por nuestro Sistema Solar, que es de las pocas cosas que nos permite la fuerte contaminación lumínica de nuestras ciudades, y estas conjunciones planetarias son como un regalo.

Llegado el día estaba contento. El cielo se encontraba despejado y todo indicaba que podría disfrutar sin problemas de la conjunción, sin embargo, no he llegado a casa hasta las 21h T.U. y delante mi lamento, he comprobado que los planetas ya empezaban a separarse (a esta hora ya se encontraban a 11’) y a aproximarse a los edificios que tengo enfrente, con el consiguiente aumento de la turbulencia atmosférica y de la mayor afectación de las brumas y la contaminación lumínica.

Pero no me quejo. Actualmente, no estoy como para ser demasiado exigente en las pocas ocasiones que puedo sacar el telescopio.

Así que hacia las 21h 17m T.U. apunté el SC de 127mm hacia Marte y Neptuno y, a pesar de todo, pude comprobar que me ofrecían un buen espectáculo. Este es el dibujo que hice de lo que pude ver:


En esta ocasión, he modificado el dibujo con Photoshop para que reflejara lo más atractivo de lo que observé: el color anaranjado de Marte contrastando con el delicado color azulado del lejano Neptuno.

Con los 127mm del Nexstar 5i y la turbulencia atmosférica, no me permitieron distinguir ningún detalle de la superficie marciana, pero como digo, el color de los planetas fue lo más significativo, lo que me transmitió la gran belleza que ofrecen estos vecinos lejanos del Sistema Solar.

Alejado ya de los mejores meses de la conjunción de Marte en este 2018, actualmente se encuentra situado a unas 1,063 UA de la Tierra, iluminado en el 86% de su superficie y brillando con una magnitud de 0,08.

Neptuno, a 29,95 UA, un brillo de magnitud 7,89 y un magnífico color azulado nos hace recordar las grandes distancias a la que se encuentran los planetas del Sistema Solar. El diámetro de Marte es de 6.787 km, mientras que el de Neptuno es 49.528 km. Su distancia a la Tierra es la que hace que viera a Marte, algo más de 7 veces menor que Neptuno, con un tamaño aparente de 8,8” por tan sólo 2,3” por parte de Neptuno.

Terminé mi escapada astronómica fotografiando la conjunción con la Nikon D5100 acoplada al Nexstar 5i. Un bonito recuerdo de un rato agradable que disfruté la noche del 7 de diciembre de 2018:


sábado, 24 de noviembre de 2018

STF 61 / 65 Psc - Doble de componentes gemelas en Pisces

Sin duda, los aficionados a la astronomía siempre encontramos sugerente la vista de una estrella doble, y aunque la gran mayoría prefiere disfrutar de ellas cuando muestran un buen contraste de color, personalmente, me siento especialmente atraído por aquellas que ofrecen una magnitud similar y que presentan una pequeña separación entre las dos componentes.

Un buen ejemplo es STF 61 (65 Psc), una pareja de estrellas gemelas que brillan con una generosa magnitud 6,3 y están separadas por unos ideales 4,2”.

Carta generada con Cartes du Ciel
Aunque se encuentra en la constelación de Pisces, el hecho de estar junto a la frontera de esta constelación con la de Andrómeda, hace que, para localizarla, sea mejor partir de la Alpha Andromedae (Curiosamente, componente del cuadrado de Pegasus), desplazarnos hasta Delta And, y de ella, finalmente, alcanzar la STF 61.

Para poder separar sus componentes es necesario utilizar un telescopio. Como más disfruto con ella es con el SC de 127mm, que me permite separarla cómodamente mientras mantiene una cálida proximidad entre sus dos componentes.

Este es el dibujo que hice de ella a partir de mi observación de octubre de 2008:


Es preciosa, y os invito a que le echéis un vistazo a poco que tengáis ocasión para ello.

domingo, 18 de noviembre de 2018

M75 - Cúmulo Globular en Sagittarius con el SC de 235mm

M75 es un cúmulo globular situado en la constelación de Sagittarius que, aunque no es especialmente espectacular, sí que resulta bastante interesante de observar.

Fue descubierto el 27 de agosto de 1780 por Pierre Méchain, quien lo definió como una “nebulosa sin estrellas”. Sin embargo, Messier, tras observarlo, concluyó que “estaba formada por pequeñísimas estrellas, conteniendo nebulosidad”. Después de observarlo con mi SC de 127mm y con el SC de 235mm, me decanto más por la apreciación de Méchain, y no tanto por la de Messier, aunque en descargo suyo, no es extraño que en alguna ocasión nuestro cerebro nos engañe a los observadores astronómicos después de estar un buen rato con el ojo pegado al ocular, o según las condiciones de observación, tanto ambientales como de equipo.

Este es el dibujo que hice de M75 la noche del 14 de agosto de 2018, cuando empezaba a soplar un poco de viento que me iba a condicionar un poco el resto de las observaciones:



Irresoluble por mucho que lo intento, pero no por ello deja de ser muy vistoso. Sobre todo gracias a su núcleo, potente, compacto, envuelto por un halo bastante difuso que va ganando algo de protagonismo a medida que se va adaptando la vista a la oscuridad.

El globular no es muy extenso, aunque no hay ninguna dificultad en percibirlo. Lo más significativo es el gran contraste entre el brillo del núcleo y el halo evanescente que lo envuelve.

Carta generada con Cartes du Ciel
Situado a unos 65.500 años luz de distancia, M75 es el segundo globular más alejado que aparece en el catálogo Messier, a 40.000 años luz del centro galáctico. Tiene un diámetro de unos 160 años luz y su estrella más brillante alcanza sólo la magnitud 14,6. Por todo ello es normal que con los telescopios que manejamos los astrónomos aficionados no seamos capaces de resolverlo.

Pero para hacernos una idea de lo que realmente es M75, nada mejor que terminar la experiencia disfrutando de esta fotografía  tomada por el Hubble:

Credits: NASA, ESA, STScI, and G. Piotto (Università degli Studi di Padova) and E. Noyola (Max Planck Institut für extraterrestrische Physik)

domingo, 11 de noviembre de 2018

Conjunción Luna y Saturno el 11 de noviembre de 2018

Parece ser que vuelvo a los inicios. Mis primeros recuerdos de mi interés por la astronomía fueron observando conjunciones planetarias, tal como expliqué hace un tiempo en la entrada “La estrella Luna”, y ahora que no puedo dedicar tiempo a la afición, las conjunciones planetarias vuelven a convertirse en mi principal aliciente.

Lo mejor de todo es que a pesar del paso de los años, continúan provocándome una gran fascinación. Esta noche del 11 de noviembre de 2018 le ha tocado el turno a la Luna, brillando en un 16% de su superficie y a Saturno, que con una magnitud de 0,55 aguantaba bien la fuerte contaminación lumínica de Barcelona.

Muchas nubes, que han hecho que hasta el último momento no haya podido abrirse una ventana y haya podido disfrutar de esta espectacular conjunción. Al final no he podido resistirme y he sacado el telescopio  SC de 127mm para intentar si conseguía una fotografía de recuerdo medio decente.

Lamentablemente, la Luna y Saturno no entraban en el campo, por muy poco, así que me he visto obligado a hacer un pequeño mosaico y un recorte de la zona de interés. Saturno ha quedado pequeñito, pero en visual se veía precioso:


Y como despedida, otro recorte de una foto hecha esta vez con la Nikon D5100 y el objetivo Nikon 55-200:

sábado, 27 de octubre de 2018

M54 - Cúmulo Globular en Sagittarius con el SC de 235mm

En su día, cuando observé el globular M54 con el SC de 127mm comenté que era un globular con una curiosa peculiaridad: no pertenece a nuestra galaxia, sino a una galaxia enana detectada a principios de los 90 y que es conocida como SAGDEG (Sagittarius Dwarf Elliptical Galaxy).

A pesar de cazarlo con facilidad, no fui capaz de resolverlo, aunque me quedó la impresión de que con un telescopio más potente, llegaría a ser posible distinguir estrellas individualizadas.

El pasado verano, la noche del 14 de agosto de 2018, decidí echarle un vistazo con el SC de 235mm para ver qué tal se veía con esta abertura, pero a pesar de verlo de mayor tamaño, no pasé de percibir ese límite que se encuentra justo antes de poder decir que resolvemos un globular.

Este es el dibujo que hice de él:




Aprecié un núcleo muy compacto y brillante que contrastaba fuertemente con las zonas más exteriores del globular. En un primer golpe de vista, el núcleo apareció muy potente, perfectamente reconocible, mientras que la zona periférica tan solo se adivinaba.

A medida que adapté mejor la vista a la oscuridad, las fronteras externas del cúmulo se iban mostrando más presentes, pero asimismo, el núcleo iba mostrándose más potente, manteniendo todo su protagonismo, a pesar, como digo, de no acabar de resolverlo.

A la belleza del cúmulo, se le añade su naturaleza y origen. Buenos alicientes para que le dediquemos un poco de nuestro tiempo en alguna observación veraniega que hagamos.

Podemos localizarlo fácilmente a 1º 45’ al Suroeste de Ascella, la Zeta Sagitarii, una estrella que podemos localizar sin ninguna dificultad gracias a que brilla con magnitud 2,6.

Carta generada con Cartes du Ciel
Y qué mejor que concluir nuestra observación disfrutando de la fotografía que hizo el Hubble de este bonito y peculiar cúmulo globular.

Credit: ESA/Hubble & NASA

jueves, 18 de octubre de 2018

Conjunción de la Luna y Marte el 10 de octubre de 2018

Por problemas de salud en la familia no puedo dedicar tiempo a la observación astronómica, razón por la cual no estoy actualizando el blog con la periodicidad a la que me había ido acostumbrando. Es la vida. Son etapas de la vida y hay que adaptarse a ellas de la mejor manera posible.

Pero aunque me encuentre un poco desconectado de la afición, eso no quiere decir que haya perdido la ilusión de mirar hacia arriba y disfrutar de momentos de extremada belleza que, incluso en una gran ciudad como Barcelona, nos ofrece la noche.

Hoy, sin ir más lejos, 18 de octubre de 2018, La Luna, iluminada en el 68,85% de su superficie se encontraba junto a un todavía potente Marte (Mag. -0,85). La separación era de unos 3,5º y la vista con prismáticos era soberbia. Incluso la presencia de las nubes, en esta ocasión, acrecentaba la espectacularidad de la conjunción.

Al final, lidiando con estas nubes, he podido obtener un buen recuerdo con la Nikon D5100. En esta primera fotografía, la Luna enfrentada a un minúsculo sector que parece atravesar el muro de nubes, que sí logran apagar de manera severa a Marte:


Y una segunda donde Marte logra zafarse del acoso y la luz de la Luna domina mejor su entorno: 


Cielos despejados a todos los compañeros de afición, y saboread cada minuto que disfrutéis de ellos.

domingo, 23 de septiembre de 2018

M23 - Cúmulo abierto en Sagittarius con el SC de 235mm

Cuando tengo la ocasión de disfrutar de cielos oscuros y del SC de 235mm, suelo centrar mi observación en objetos difusos como galaxias, nebulosas o cúmulos globulares. Las estrellas dobles, variables o cúmulos abiertos los dejo para el SC de 127mm.

Respecto a los cúmulos abiertos la principal razón es que, en la mayoría de los casos, resultan más atractivos si el campo de observación es más amplio, ya que resaltan mucho mejor ante nuestros ojos que si utilizamos un gran telescopio que no nos permite obtener grandes campos.

Pero ello no quiere decir que de vez en cuando no le eche un vistazo a alguno con el SC de 235mm para descansar un poco la vista después de estarla forzando observando objetos más tenues y delicados.

La noche del 14 de agosto de 2018 me encontré en esta situación, y ya que estaba observando por la constelación de Sagittarius, decidí apuntar hacia M23.

Carta generada con Cartes du Ciel

M23 se encuentra situado a unos 2.100  años luz de distancia, El diámetro real que ocupa este cúmulo abierto es de unos 20 años luz, y nosotros podemos verlo con un tamaño aparente de 35’.

A pesar de su tamaño y de la magnitud conjunta que se le asigna, 5,5, es preciso disponer de cielos relativamente oscuros para su mejor observación, ya que la estrella más brillante que lo compone presenta una magnitud de 9,2, siendo la mayoría de sus componentes bastante débiles, encontrándose en el intervalo de las magnitudes 9-11.

Las clases espectrales de sus estrellas pertenecen a los tipos A, F y C, y la edad que se le estima al cúmulo es de unos 300 millones de años.

Fue descubierto por Messier la noche del 20 de junio de 1764.

Este es el dibujo que hice de M23:



Tengo que reconocer que sólo me atreví a dibujar las estrellas más brillantes que podía percibir a través del ocular Hyperion Aspheric de 31mm (75x), ya que me vi superado por el gran número de débiles componentes que aparecían y desaparecían ante mí. Estaban ahí, pero me resultaba difícil ubicarlas correctamente en el dibujo, por lo que opté, como digo, en plasmar sólo las más brillantes.

Espectacular, extenso, con infinidad de componentes blanco azuladas, de un bonito tono metálico.
Tal vez, por su tamaño, sea más adecuado para ser observado con telescopios de menor abertura, como mi SC de 127 mm, sin embargo, el SC de 235 me permitió distinguir muchas más componentes, que, a nivel estético, compensaron el campo más limitado del instrumento.

Un bonito cúmulo que sirve de complemento a los espectaculares objetos difusos que podemos encontrar en Sagittarius.

Esta imagen extraída de Aladin Lite nos da una idea de su belleza:

Aladin Lite

domingo, 9 de septiembre de 2018

M55, cúmulo globular en Sagittarius con el SC de 235mm

M55 es uno de mis cúmulos globulares preferidos. Situado en la constelación de Sagittarius, fue descubierto, curiosamente, durante el periodo de 1751-1752 por Nicolas Louis de Lacaille mientras se encontraba en Sudáfrica catalogando estrellas y objetos celestes del hemisferio austral.

Carta generada con Cartes du Ciel
La órbita de este cúmulo globular se encuentra inclinada unos 60º respecto al plano de la Vía Láctea, tarda unos 100 millones de años en completarla y su distancia al centro galáctico oscila entre los 20.000 y los 5.000 años luz de distancia.

Se extiende a lo largo de 110 años luz y se encuentra a unos 19.300 años luz de distancia de nosotros. A nivel visual presenta un tamaño nada despreciable de unos 19’, mientras que su magnitud aparente es de 6,3. Este último dato no debe llevarnos a confusión. Parecería que con este brillo debería ser muy fácil de observar, pero no es así, como podremos comprobar cuando nos dispongamos a visitarlo. Esta magnitud estimada se diluye en esos 19’ que comentaba antes.

Pero si tenemos la suerte de poder disfrutar de cielos oscuros, tanto da el tamaño del telescopio que utilicemos, tendremos una gran experiencia observacional.

En su día comenté la noche que pude verlo con el SC de 127mm (https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/08/m55-cumulo-globular-en-sagittarius.html), que ya me dejó una muy grata impresión. Pero lo que experimenté la noche del 14 de agosto de 2018 con el SC de 235mm es lo que ha situado sin discusión a este cúmulo como uno de mis preferidos.

Este es el dibujo que acabé haciendo de él:



La noche presentaba cierta turbulencia atmosférica, sin embargo, a simple vista hacía tiempo que no contemplaba una transparencia tan diáfana. Multitud de estrellas, la Vía Láctea bien marcada sobre mi cabeza. Una de aquellas noches en las que entiendes a aquellos que temían que el cielo cayera sobre sus cabezas.

Animado por ello apunté el SC de 235mm hacia M55 con la intención de sacarle el máximo partido. Presentaba un aspecto imponente, impresionante, fantasmagórico… Es realmente extenso y muestra un buen número de estrellas que destacaban individualmente que se ven envueltas en una especie de nebulosidad, que no era otra cosa que las componentes, muchas componentes irresolubles del cúmulo. Me resultaba casi imposible dibujar lo que veía por el ocular, y confío, como mínimo, haber sido capaz de mostrar una aproximación a lo que me mostraba M55.

La sensación que me transmitió este globular fue que estaba formado por un buen número de estrellas brillantes e incontables estrellas extremadamente débiles, irresolubles, pasando de un extremo al otro sin pasar por un término medio.

Presentaba un brillo global muy uniforme, sin un núcleo central definido y una forma externa con contornos irregulares.

Sea como sea, la impresión que me ofreció M55 por el globular era fantástica.

Es indispensable adaptar bien la vista a la oscuridad, muy aconsejable disfrutar de cielos lo más oscuros posible, y M55 se convertirá sin duda en uno de nuestros globulares preferidos.

Aladin Lite




viernes, 31 de agosto de 2018

Pinturas Rupestres del Cocó de la Gralla, Marte y Saturno

Los astrónomos aficionados solemos comentar que no es tanto lo que vemos, como saber qué estamos viendo y lo que representa, y el 14 de agosto de 2018 tuve la oportunidad de volver a constatar esta aseveración en un campo diferente al de la astronomía. Aunque como veréis después, la cabra tira al monte y terminé relacionándolo todo.

En 2017 se dio a conocer el descubrimiento de unas nuevas pinturas rupestres en el municipio tarraconense de Mas de Barberans. Son conocidas con el nombre de Pinturas Rupestres del Cocó de la Gralla y se encuentran situadas en el Barranc de Montpou, dentro del Parque Natural dels Ports.

Son un ejemplo típico de estilo levantino que se sitúa en abrigos rocosos de piedra caliza. Las pinturas rupestres que se han encontrado en esta zona de la Península Ibérica tienen una serie de características comunes que las distinguen de las pinturas de otras zonas.

A nivel técnico no mezclan colores, es decir, sus representaciones no son policromáticas, usando sólo el rojo, el negro o el blanco. Intentan dar sensación de dinamismo y movimiento a sus pinturas y presentan una clara tendencia a la simplificación de las figuras, que suelen ser de tamaño pequeño.

En cuanto a temática, principalmente representan escenas de caza o ceremoniales donde la figura humana aparece con frecuencia.

Respecto a las pinturas del Cocó de la Gralla, se estima que fueron pintadas hace unos 8.000 años, entre el Postpaleolítico y los inicios del Neolítico. Se pueden distinguir 27 arqueros, 4 figuras humanas, 2 huellas, 3 cabras, 1 bolsa, 3 arcos y flechas, 1 personaje particular, 1 antropo-zoomorfo, 1 jabalí, 1 cuadrúpedo y varios trazos indeterminados.

El 14 de agosto de 2018 pude disfrutarlas en persona después de apuntarme a una de las visitas guiadas que se organizan desde el Museu de la Pauma en Mas de Barberans.

Esta es la fotografía que hice del conjunto:


Fue realmente emocionante. Los trazos mejor conservados representan una escena de caza, en la que unos arqueros a la carrera persiguen una cabra salvaje.


Gracias a que fuimos con visita guiada y pudimos acercarnos a las pinturas, fuimos capaces de descubrir mil y un detalles, como pueden ser algunas plumas que adornan a los cazadores, flechas ensartadas en las presas… y una delicada sorpresa que se encuentra en el pequeño techo del abrigo y que sólo puede verse si uno se acerca a él: un cazador acechando a una pequeña cabra.


Aquí el detalle:


Sólo podemos imaginarnos qué pasaba por la mente de estos artistas primigenios.

Cuando me aproximé a contemplarlo me llamó la atención la belleza del trazo, la búsqueda del detalle, hasta el punto de dibujar unos finos cuernos... y lo que parece el ojo de la cabra, aunque esto último es muy probable que no de deba a la intención del artista, sino más bien a una degradación de la pintura. El arco curvo en una mano y en la otra una flecha. Las piernas del cazador en posición horizontal, dando una marcada sensación de velocidad y esfuerzo. También reparé en la diferencia de tamaño entre cabra y cazador, lo que me llevó a preguntarme si con ello, quien pinto la escena, quería mostrar que ambos se encontraban a gran distancia, o deseaba mostrar algún rito de iniciación donde un joven cazaba su primera pieza dejando atrás su niñez pasando a la edad adulta… o sencillamente, le salió de esta manera.


Sea como sea, sentado en las grandes piedras que se encuentran bajo el abrigo pintado, no he podido evitar evocar la vida de estos antepasados míos que pisaron la misma tierra que yo, que andaban por las mismas zonas que suelo frecuentar yo cada vez que voy a mi pueblo, que intentaban sobrevivir al duro día a día, como hacemos todos nosotros, y que eran conscientes de su existencia y sentimiento de comunidad.


Por la noche, ya en casa, seguía dándole vueltas a mi cabeza imaginando la vida que debieron tener mis antepasados hace 8.000 años y teniendo flashes de las diferentes pinturas que nos legaron. Y entonces, después de cenar, levanté los ojos al negro cielo nocturno tachonado de estrellas donde Marte y Saturno flanqueaban la constelación de Sagittarius (El Arquero).

No soy cazador, pero involuntariamente, me he sentido unido a los que estaban representados en las pinturas del Cocó de la Gralla.

jueves, 23 de agosto de 2018

Saturno la noche del 19 de agosto de 2018

Esta noche del 19 de agosto de 2018, con una Luna brillando al 55%, decidí apuntar a Marte para intentar sacar las primeras fotografías de esta oposición con mi SC de 235mm.

Empecé bastante optimista, pero fue poner la cámara y comprobar que había unas turbulencias endemoniadas que arruinaron cualquier intentona de sacar una fotografía decente del planeta rojo.

Un poco decepcionado, vi que todavía tenía a vista a Saturno, así que pensé que no perdía nada en intentarlo con él, y la verdad es que quedé muy sorprendido con el resultado. ¿Es posible que Marte, al encontrarse encima del mar, en el horizonte Sur, sea más sensible a las turbulencias que Saturno, que se encuentra en el horizonte Suroeste, ya tierra adentro? Por mucho que llevemos con la afición, siempre hay cosas nuevas que aprender. Lo que está claro es que siempre hay que intentar las cosas, aunque nos parezca que no valga la pena en absoluto.

Este es el resultado que obtuve con la DBK21:


Saturno, con un tamaño aparente de 18” y una magnitud de 0,29, a simple vista empalidecía frente al espectacular Marte, que con su magnitud -2,43 y su tamaño de 23”, es el rey de estas noches de verano, pero fotográficamente, esta vez, la cosa resultó ser bastante diferente.

domingo, 5 de agosto de 2018

Marte, oposición 2018, el 4 de agosto, y un viaje interplanetario

Sin temor a equivocarme, la sesión de observación planetaria que realicé el 4 de agosto de 2018 desde el balcón de mi domicilio en Barcelona, ha sido la más calurosa que he hecho nunca.

A lo largo del día, en mi zona alcanzamos una temperatura máxima de 39,8º C, pero lo peor es que en toda la noche, la mínima no bajó de 30º C. Bochorno, sudor, estrecheces en el balcón, turbulencias endemoniadas, contaminación lumínica, problemas y algún que otro imponderable que me dejo en el tintero, no impidieron que pasase, a pesar de todo, unas horas disfrutando de nuestros vecinos del Sistema Solar con el ojo pegado al ocular y alternando las cámaras DBK21AU04-AS y ASI120MM.

Monté el telescopio nada más pude percibir dos estrellas que me permitieran alinearlo. Arturo y Antares fueron las que dieron el pistoletazo de salida.

Tengo que reconocer que no dediqué demasiado tiempo a la planificación. Teniendo en cuenta la orientación Sudoeste-Oeste de mi balcón, la idea era empezar con Venus y Júpiter, que a primeras horas de la noche tengo ya al alcance, y luego esperar a que Saturno y Marte aparecieran sobrepasando la fachada del edificio.

Esta es la hoja donde fui dibujando los planetas con rápidos y esquemáticos bocetos a medida que iba observándolos por el telescopio:


Así las cosas, empecé apuntando a Venus. Como esperaba, mostraba su fase y ofrecía una bonita vista por el ocular. Pero sólo pude disfrutarlo unos minutos, ya que ante mi decepción, cuando quise darme cuenta, y antes de poder hacerle ninguna fotografía, se escondió detrás de las brumas que dominaban el horizonte.

Pensé: “Si todo va a ser así, más me valdría recoger y dedicar la noche del sábado a otra cosa”.

Pero la verdad es que no era la primera vez que por una u otra razón iba posponiendo la observación de Marte en esta oposición de 2018 y no quería dejar pasar otra oportunidad.

Entre disquisiciones, dirigí mi atención a Júpiter, y por suerte, su zona estaba libre de nubes.

Pero las condiciones atmosféricas de la noche no parecía que quisieran darme tregua. Forzando los aumentos, el planeta se veía de forma aceptable, con sus dos bandas ecuatoriales bien visibles, pero no era para lanzar cohetes. A pesar de ello, me animé a tomar una imagen del planeta con la DBK y la barlow x2, con un resultado un poco discreto, pero que bien sirve como un bonito recuerdo de la noche.


Y otra sin barlow en la que se puede apreciar la bonita disposición de los satélites galileanos. De derecha a izquierda: Io, Callisto, Europa y Ganymede.


Viendo que poco más podía exprimir de Júpiter, Miré hacia donde ya debería verse Saturno y vi que había unos restos de nubes que tapaban la zona. Esperando que despeje, saco una foto de Antares. Bonita con su color rojo, aunque hay que reconocer que en época de oposición, Marte  no tiene rival.


La paciencia tiene su recompensa, y hacia las 21h 56m T.U. vi por fin al Señor de los Anillos, y a pesar que la noche no acompañaba, siempre resulta espectacular su contemplación. Además, con un poco de esfuerzo, pude distinguir a Titán, el mayor satélite de Saturno que brillaba con magnitud 8,6. En condiciones adecuadas, incluso desde ciudad no debería tener ningún problema para verlo, pero las nubes habían cogido cariño a la zona de Saturno y empezaban a convertirse en un problema. Así que con rapidez, volví a montar la DBK para llevarme el recuerdo del planeta anillado en esa extremadamente calurosa noche de agosto.


Ya empezaba a ponerme nervioso ante la aparición del que debía constituirse como el gran objetivo de la noche: Marte.

Teóricamente, hacia las 22h 15m T.U. ya debería poder verlo, y de hecho, asomándome a la barandilla, lo veía perfectamente, brillando en el cielo con un rutilante color rojizo. Pero el caso es que, entrando dentro de los imponderables que antes se habían quedado en el tintero, los vecinos dejaron el toldo sin recoger, precisamente esa noche, tapándome un trozo de cielo que, en condiciones normales, ya está a esas horas a mi alcance.

Y allí estaba, asomado al balcón, viendo a Marte, pero completamente ciego para el telescopio… y sudando como un gorrino.

Aproveché para ir a refrescarme un poco y volví hacia las 22h 21m T.U. Parecía que ya lo tenía en el punto de mira. Puse el ojo en el ocular y lo que vi me dejó impresionado. Tanto por el color anaranjado hipnótico del planeta como por su tamaño aparente. Pocas veces he visto a Marte de esta manera, nada menos que 22,4”.

La pena es que la tormenta de polvo que ha evolucionado durante esta oposición, impide que podamos ver los accidentes del planeta bien contrastados, y esto, para un telescopio de 127mm es un verdadero hándicap. Una pena.

A pesar de forzar aumentos e intentar adaptar bien la vista, no fui capaz de distinguir ningún detalle de la superficie del planeta. Pero tengo que reconocer que, como he comentado antes, el tamaño y el color, impresionaban.

Viendo que en visual no podía sacar más, le di una oportunidad a la fotografía. Y la verdad es que el resultado final que he conseguido con la DBK y la barlow x2, me han dejado muy, pero que muy contento. Es lo que tiene no crearse expectativas demasiado elevadas:


Animado, monté la ASI120MM para darle una oportunidad a la fotografía con filtros, pero (otro de los imponderables), no me preguntéis cómo, me hice un lío con los filtros, y al final sólo he podido salvar un vídeo que hice con el filtro IR Pro 742. Menos mal que pude sacar la de la DBK. Sea como sea, la comparto porqué creo que ha sido capaz de sacar más detalle de la superficie del planeta.

Espero que por lo menos me sirva de experiencia para no cometer de nuevos los mismos errores.


Hacia las 23h 41m T.U. quise volver a visual y se me ocurrió utilizar algunos filtros para ver si podía mejorar la primera experiencia. Y no sabría decir si fue sugestión mía, o por el contrario, una percepción real, pero el caso es que utilizando un filtro polarizador, noté una pequeña sombra en la parte inferior izquierda del planeta. Qué pena no disponer del SC de 235mm que está tomando polvo en mi pueblo.

Para concluir la noche, puse el ocular de 25mm, que con los 50x que me proporcionaba y el campo visual de 1º, me permitía ver a Marte, con su esplendoroso color anaranjado, flanqueado por tres estrellas que podía percibir con cierta dificultad retando a la fuerte contaminación lumínica imperante. Este es el dibujo que hice, coloreado con posterioridad con el Photoshop para mostrar la grandeza marciana del momento.


Qué decir. A pesar de todo, lo pasé genial dándome un paseo por el vecindario planetario y disfrutando por primera vez de Marte en esta oposición de 2018.

Acabo con esta imagen del programa VPA donde se muestra la cara que ofrecía Marte en la calurosa noche del 4 de agosto de 2018.

Virtual Planet Atlas